Cheapflación y reduflación o los trucos de algunos fabricantes para mantener el precio de los alimentos


La subida de los precios de los alimentos ha provocado que muchos consumidores reduzcan la cinta de la operación. Por ello, muchas empresas alimentarias barajan opciones como la cheapflación o la reduflación para sortear esta entrada inflación, no subir el precio y sustentar el ganancia de beneficio.

El Índice de Precios de Consumo (IPC) de agosto se ha situado en el 2,3% respecto al año precursor, una décima más de lo que pronosticó el Instituto Doméstico de Estadística (INE). Este resultado viene poliedro por la laxitud de los precios de los alimentos, aunque no de todos. Según la Ordenamiento de Consumidores y Usuarios (OCU), se ha notado un incremento de precio en los productos esenciales que continúa afectando al faltriquera de los consumidores. Esta subida afecta tanto a los alimentos frescos como a los procesados.

Los limones son uno de los productos que más ha notado este incremento pasando de 1,91 euros a 2,38 euros por kilo. El café además se encuentra en la cinta luego de subir de 2,00 euros a 2,34 euros.

Entre las frutas, las naranjas y las peras confitadas además han aumentado de precio de 1,71 euros a 1,95 euros y de 2,09 euros a 2,25 euros por kilo respectivamente. Entre los mariscos, destacan los mejillones con una subida de 3,27 euros a 3,67 euros. El unto de tornasol vuelve a subir de nuevo, pues pasa de los 2,81 euros a los 3,10 euros. El unto de oliva doncella extra alcanza los 11 euros.

Esta subida ha provocado que los supermercados opten por este tipo de opciones para subir al insignificante el precio de los mismos.

¿Qué es la cheapflación?

Este tipo de empresas agudiza el ingenio para contener los costes finales del producto. Se manejo de sustituir ciertos ingredientes o productos alimenticios por otros de último corte.

Es el caso de la mayonesa con unto de soja y no con unto de tornasol o sustituir el chocolate por sabor a chocolate con aromas artificiales.

Con esta táctica, se pretende sustentar e incluso incrementar la propuesta de productos de las diferentes categorías de alimentos sin incrementos que modifiquen en gran parte el precio final.

¿Qué es la reduflación?

La reduflación es otra de las prácticas que se realizan en presencia de esta subida de los precios. Consiste en una maña realizada por algunas marcas para mitigar la subida en los costes de producción. Ofrecen menos producto al consumidor por el mismo precio, o incluso más caro que antaño.

En numerosas ocasiones se descubre al rajar el paquete. Un ejemplo son los cereales, donde algunos han pasado de los 450 gramos a los 375 gramos. Pero además se realiza en las patatas fritas, el gel o el champú.

Para comprobar si el producto en concreto ha pasado por el proceso de ‘cheapflación’ o de reduflación, se recomienda al consumidor fijarse en la fórmula de los productos. Sin requisa, además en el precio por kilo, gramo o litro.

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