José Luis Torró: Bicicletas Sánchez; averías Puente


El anuncio hecho por Pedro Sánchez de sobrevenir descubierto para los españoles la importancia socio-sanitaria del uso de la velocípedo, no dejó de ser otra balandronada más, y tan poco trascendental como lo son todas las que se talego del talento para tener entretenido al personal. Por mucho jarabe con que lo presentó, tanto por su parte como por la del coro ministerial, que repite papagayamente las ideas y propuestas de su amado líder, se prostitución de pura fanfarria para escaparse, una vez más, por la tangente. A alguna mente de las que muy adecuadamente remuneradas pululan por el enrevesado monclovita para asesorarle, debió tener la brillante idea de situar por la velocípedo. Y el presidente la hizo suya como novísima tributo a la lucha contra el cambio climático.

Pedaleando de ese modo, el presidente Sánchez pretendía hacerse perdonar el uso y tropelía que viene haciendo a diario del Falcon. Y para poner vigor a su ecolojeta gusto, arremetió contra los que tienen un Lamborghini en el aparcamiento, olvidándose de los que son dueños de un Aston Martin o un Rolls.

El corregidor de Ontinyent, Jorge Rodríguez y su equipo todavía deben estar desternillándose de la risa en presencia de el descubrimiento ciclista de Sánchez. En Ontinyent –donde, dicho sea, no se esperaba la presencia del presidente del Gobierno durante las Fiestas de Moros y Cristianos, por la sencilla razón de que no tiene aeropuerto para su Falcón—hace ya más de un quinquenio que existe un servicio divulgado de bicicletas eléctricas que cualquier vecino puede usar, sin más trámite ni coste que darse de ingreso y abonar 15 euros al año, lo que permite usarlas gratis durante media hora cada día. Sólo si se sobrepasa ese tiempo tiene que abonar 0,50 euros por periodos de treinta minutos.

Lo de las bicicletas de Sánchez habría sido de lo más novedoso si hubiese anunciado que, por otra parte de que los españoles nos pongamos a pedalear, tenía decidido ordenar a Óscar Puente que incorporase en todos los trenes que a ratos circulan por España, un furgón en el que se almacenaría un importante número de bicicletas. En el caso, de lo más cliché y ya habitual que se escoñase el tren, aquellos frustrados viajeros que lo deseasen y tuviesen piernas y actitud, podrían ponerse a pedalear como alternativa para tratar de entrar a su destino.

Porque lo de los trenes ha pasado en España de la consuetudinaria impuntualidad, que con todo premio se ganó durante décadas, a las cotidianas averías, que el Servicio de Transporte ha tratado de acreditar con las más peregrinas excusas y pretextos. Estropicios y retrasos de los que a diario se da cuenta en aquellos medios de comunicación y redes sociales que no son serviles con el sanchismo. Que los hay. Tanta tardanza o suspensión del servicio, caso de haberse producido con el PP en el Gobierno, habría provocado la airada protesta de todos los partidos –los mismos que han hecho presidente a Sánchez—por otra parte de sindicatos de clase y grupos sociales a los que se incitaría a manifestarse «porque así no podemos seguir, ni entrar a destino».

Pero no. Con una anestesiada sociedad como lo está la española, ya sea por el nihilismo pasota que ya se ha convertido en pandemia, o sodomizada por los coros y danzas mediáticos y demás broncanos, prestos a desempeñar su mamporrero papel haciéndole la ola al presidente Sánchez, aquí se pueden detener los trenes y el ministro responsable de tan continuos desperfectos todavía tiene el cuajo de aseverar y repetir por triplicado que «el tren vive en España el mejor momento de su historia».

Para celebrar lo adecuadamente que funcionan los trenes en nuestro país, el ministro de Transportes ha destituido al presidente de Adif, el torrentí Espíritu celeste Contreras, al que no le han dejado siquiera cumplir un año en el cargo, para el que fue famoso en diciembre del 2023 tratando de tapar el caso Koldo/Ábalos. Y eso que hasta ahora las culpas y responsabilidades del caos ferroviario rampante Óscar Puente se las endilgaba a la empresa que fabrica los Talgo que el PP.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *