Son cuatro los anuncios que figuran en la famosa aplicación de reservas de alojamiento de Airbnb que permiten en Santiago de Compostela ocurrir la incertidumbre en una furgoneta. El transporte permanece estacionado en el ocupación que el cliente elija, pero para poder moverlo por uno mismo parece que hay que retribuir un costo adicional.
Fuentes del sector hotelero de Santiago de Compostela manifiestan no estar completamente seguros de que esta experiencia sea lícito, mientras que desde el sector del autocaravanismoy las vans, lo aclaran de guisa más definitiva. “Es lícito porque las furgonetas se alquilan a través de aplicaciones que se encargan de consolidar que todo esté en orden y cumpla con las normativas”, explica Ramón, de Emsoña Campers, una empresa dedicada al locación de campers en la hacienda gallega. No obstante, Ramón aclara que “otra cuestión distinta es que esta situación pueda provocar cierta precariedad en el sector”.
Por otra parte, dejan asaz que desear los lugares donde estas furgonetas permiten ocurrir una incertidumbre a sus huéspedes. En los anuncios, se observa que estos vehículos están estacionados en miradores y áreas donde no está permitido pernoctar, y algunas imágenes incluso muestran cómo abren toldos y colocan sillas y mesas fuera, poco que claramente no está permitido por las normativas locales. “Tendrán que terminar por regular esta experiencia, por supuesto”, explica Jesús Asorey, propietario del Camping As Cancelas, en Santiago de Compostela. “Tanto por la audición de residuos al medio condición como por el hecho de acampar, no se puede simplemente retrasar la furgoneta en cualquier ocupación”, añade el jefe con seriedad.
Ya se ven reacciones
Los usuarios igualmente observan esta tendencia con cierto sospecha. Los anuncios llevan poco tiempo publicados, pero ya se pueden notar diversas reacciones entre los compostelanos, turistas e incluso viajeros en furgonetas. Conocemos, como se puede ver en el vídeo de la parte superior, a dos chicos alemanes que están realizando, cada uno por su cuenta, un alucinación en furgoneta desde su país hasta Portugal. El primero de ellos está dispuesto a retribuir por una estancia en una furgoneta en Santiago, ya que considera que puede ser más de poco valor que un hotel y le resulta asaz cómodo. El segundo, sin bloqueo, adopta una postura más crítica: “Pienso que quizás lo que buscan algunos es sacarse fotos esa incertidumbre para subirlas a Instagramy Facebook, para mostrar que están viajando en furgoneta, pero en ingenuidad no lo hacen”, comenta con una sonrisa. Parece que, para algunos, es pura apariencia.
Por otro costado, varias turistas españolas son contundentes en sus declaraciones en la Praza do Obradoiro: “Ni loca dormiría ahí por 80 euros“. “Para ocurrir una incertidumbre en una furgoneta, preferiría arrendar una e irme a algún ocupación más interesante”, comenta otra de ellas entre risas. Otras dos turistas ponen el foco en la percepción de que los dueños de las furgonetas están aprovechando la creciente demanda de alojamiento en una ciudad que tiene cada vez más turistas. En prontuario, con la disponibilidad de hoteles, hostales y albergues por menos de 80 euros, la mayoría de los turistas parece preferir un alojamiento más cómodo y convencional.
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