Okupan una casa en Valencia, acaban con la comida y la bebida y se llevan 800 euros: «Pensábamos que estaba deshabitada»


Terrible susto el que se llevó una anciana de 77 primaveras cuando llegó a su casa, en Valencia, y vio que cuatro personas la habían okupado. Escuchó ruido, les pilló saliendo y se asustó, por lo que llamó a la Policía Particular y tuvo que ser auxiliada por varios vecinos que acreditaron que la afectada vivía en el domicilio de guisa continuada desde hace primaveras.

Finalmente, una patrulla de la Comisaría de Proximidad del extrarradio valenciano de Benicalap detuvo a cuatro personas, dos mujeres de 19 y 29 primaveras y dos hombres de 20 y 30 primaveras, por dos presuntos delitos de robo y entrada ilegal en un domicilio.

Según relatan fuentes de la Policía Particular, el suceso tuvo motivo a las 9.40 horas del pasado domingo 15 de septiembre, cuando recibieron una convocatoria de varios vecinos advirtiendo de que tenían a cuatro personas retenidas en una vivienda situada en un bajo de la calle José Grollo.

Una vez en el motivo se entrevistaron con la reclamante y propietaria de la vivienda, una señora de 77 primaveras que aseguró que al entrar a su vivienda escuchó ruidos y que luego vio a cuatro personas salir de la misma. En todo momento constató que se trataba de su vivienda habitual, pero «como vive sola, de vez en cuando pasa la oscuridad en casa de algún ascendiente».

La patrulla se entrevistó con varios vecinos que confirmaron la traducción de la afectada y señalaron que vive en el domicilio de guisa continuada «desde hace muchos primaveras» y que al escuchar ruidos habían gastado salir a estas cuatro personas del domicilio en el cual además se encontraba la propietaria.

Tal fue el susto que un vecino tuvo que auxiliarla porque estaba muy asustada mientras que los agentes entraban a la vivienda, donde comprobaron que todas las pertenencias estaban revueltas. Los ahora detenidos relataron que habían forzado la puerta con un destornillador porque pensaban «que no estaba habitada» y que una vez en él estuvieron varias horas comiendo y bebiendo lo que había en la vivienda. Seguidamente la denunciante comprobó que le faltaban 800 euros que guardaba en su casa.

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