un arsenal de armas, espadas y cuchillos


Un crío de tan solo 11 primaveras, Carlo ‘Kingston’ Dorelli, ha sido arrestado por la policía del condado de Volusia, en Florida, tras amenazar con aguantar a agarradera un tiroteo masivo en su escuela secundaria. El último, que había compartido con sus compañeros una directorio de posibles víctimas, encima de mostrarles un conjunto de armas de airsoft, munición falsa, espadas y cuchillos, aseguró que todo era una simple broma. Sin confiscación, en un país donde este tipo de tragedias han dejado profundas cicatrices, las autoridades no pueden permitirse tratar estas situaciones con levedad.

El sheriff del condado, Mike Chitwood, subrayó la recaída del asunto al compartir públicamente las imágenes de la detención de Carlo. En el vídeo se ve al crío esposado, escoltado por los agentes, como si se tratara de un adulto enfrentando un crimen de máxima recaída. Chitwood, quien igualmente divulgó la foto del crío, comentó en sus redes sociales: “No toleraremos amenazas que pongan en peligro la seguridad de nuestros estudiantes. Difundiré los nombres y las imágenes de quienes perturben nuestras escuelas y consuman los bienes de las fuerzas del orden”.

El caso de Carlo Dorelli, quien ya ha sido acentuado de un delito circunspecto, ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre la violencia armada en Estados Unidos y, en particular, los tiroteos en las escuelas. Desde la inmolación de Columbine en 1999, el país ha gastado un número preocupante de este tipo de incidentes, muchos de ellos perpetrados por jóvenes o adolescentes. Aunque en este caso las armas de Dorelli eran de airsoft y munición falsa, la policía no está dispuesta a pasar riesgos, sobre todo cuando el último tenía claras intenciones de causar pánico entre sus compañeros.

Las autoridades han dejado claro que no consideran este tipo de amenazas como simples bromas. La situación se agrava con la facilidad con la que los menores pueden conseguir a armas reales o réplicas, lo que complica el trabajo de los cuerpos de seguridad. Adicionalmente, la influencia de las redes sociales y los videojuegos violentos ha sido señalada por algunos expertos como un multiplicador que desensibiliza a los jóvenes frente a la violencia.

Este incidente se produce en un contexto en el que Florida ha sido atmósfera de varios tiroteos escolares en los últimos primaveras. Uno de los más recordados fue el trágico tiroteo de Parkland en 2018, donde 17 personas murieron en una escuela secundaria. Desde entonces, las autoridades de Florida han endurecido las medidas de seguridad en los centros educativos y han alentado a la comunidad a reportar cualquier amenaza o comportamiento sospechoso.

En el caso de Carlo Dorelli, la rápida intervención de la policía evitó que la situación pudiera resquilar. Sin confiscación, el hecho de que un crío de tan solo 11 primaveras pueda imaginarse perpetrando un ataque de este tipo ha dejado conmocionada a la comunidad. La pregunta que muchos se hacen es: ¿cómo se ha llegado al punto en que un crío de esa existencia pueda concebir tal acto de violencia?

El sheriff Chitwood concluyó su mensaje en redes sociales diciendo: “Estamos aquí para proteger a nuestros estudiantes, y no permitiremos que nadie, sin importar su existencia, ponga en peligro la seguridad de nuestras escuelas”. Las palabras de Chitwood buscan mandar un mensaje claro a quienes piensen en imitar este tipo de comportamientos: no habrá tolerancia para las amenazas de violencia, ni siquiera si se presentan como `bromas´.

El caso de Carlo no solo es una advertencia para los jóvenes, sino igualmente un recordatorio de que la prevención y la educación sobre el uso responsable de las armas, y la importancia de la seguridad escolar.

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