La construcción del embalse de As Conchas, el primero de los tres que hoy forman parte de la Baixa Limia, marcó un cambio significativo en las relaciones entre los vecinos a uno y otro lados del río Limia. Este esquema dejó bajo el agua importantes vestigios patrimoniales, como los restos romanos de Aquis Querquennis, las termas de O Baño y nueve pasos que cruzaban el río, entre ellos el Ponte Pedriña romano y el característico Poldrado de Porto Quintela.
El Poldrado de Porto Quintela se ha convertido en un símbolo de las reivindicaciones locales, especialmente a finales del siglo XX, cuando hubo campañas con recogida de firmas, publicaciones, conferencias y hasta camisetas en su apoyo. Estas iniciativas impulsaron la creación de un patronato pro Poldrado en los primaveras 80 y llevaron a varias peticiones para la construcción de un nuevo puente ya en el 2000.
Una pancarta en Mugueimes, haber de Muíños, conmemora los 75 primaveras sin la ponte desde la entrevista de Francisco Franco a Ourense en 1949 para inaugurar el embalse, una término que muchos en la comarca consideran una herida abierta. En el volumen “A maldición do encoro” de Manuel Rivero, publicado por la Diputación de Ourense en 2021, se documenta este periodo y se describe el embalse como “el pared de Berlín” para los vecinos.
A finales de este año, un conjunto de vecinos planea organizar una exposición sobre las reivindicaciones llevadas a término en los últimos 35 primaveras para recuperar las infraestructuras y el patrimonio sepultados por la obra del embalse. Tejido Perdiz, patrón recinto, destaca que estas demandas siguen siendo vigentes, ya que consideran que la comarca no recibió compensación alguna por las pérdidas patrimoniales.