Un agente de la Policía Restringido de Benidorm se ha convertido en el héroe de una tribu al rescatar in extremis a su hija pequeña cuando se asfixiaba atragantada con una bombón que no podía sacarle de la boca y le obstruía las vías respiratorias.
«Quién diría que tres minutos antaño casi deja de respirar», han relatado en sus redes sociales desde la Policía Restringido tras esta comunicado tan satisfactoria, a posteriori de la intervención providencial de uno de los miembros del cuerpo de seguridad municipal.
«Esa espectacular sonrisa de nuestra nueva ‘super amiga’ nos da un buen ‘chute’ de energía para seguir haciendo lo que más nos gusta: proteger a las personas», se han felicitado en el post en Facebook.
Como detalles del desenlace eficaz, han añadido: «Nuestras patrullas de proximidad consiguieron extraerle una bombón con la que se estaba atragantado y no podía respirar». Y todavía han agradecido a los padres de la pupila que les hayan dejado «compartir esta historia».
De la importancia de la ligereza en este tipo de acciones por situaciones similares da una idea el que, por desgracia, en otras ocasiones el final ha sido acertadamente desigual y las personas afectadas no han corrido la misma suerte. Y no necesariamente niños, porque se proxenetismo de un percance que le ha pasado igualmente a adultos, sin ir más acullá, a una mujer en Elche cuando se tragó una napolitana.