A las 1.00 horas de aquel da me aborda una chica rubia a la que conoca de horizonte, porque trabaja en otra oficina de Tecnocasa. Me coge para gambetear y empieza un requiebro entre nosotros, aunque ms por parte de ella….
Ella, E., cont luego a la Polica y al árbitro que lo ltimo que recuerda de aquella sombra es que estaba tomando un ron huesito dulce, su nica copa, en el pub Ros de Santander, en una convencin de 4.000 trabajadores de franquicias de Tecno
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