La investigación revela que el adolescente sufrió bullying durante el último curso escolar
el adolescente de 14 años que el jueves apuñaló a tres profesores y dos alumnos que lo acosaban en un colegio secundario Jerez de la Frontera, tema que llegará al inicio del curso. La menor pasó el verano angustiada, según las investigaciones a las que ha tenido acceso EL MUNDO, nervioso y abrumado porque septiembre estaba llegando. No quiero que llegue septiembre, ha afirmado tras perpetrar los atentados.
El niño, diagnosticado con síndrome de Asperger, no quiso repetir la experiencia del año anterior cuando, según los testimonios recogidos en la investigación, se convirtió en blanco de burlas y desprecio por parte de un grupo de compañeros. Según fuentes del caso, el año pasado había sido duro. El acoso por parte de varios compañeros fue constante y consistió, revelan, en insultos y también palizas. Sin embargo, no lo había denunciado. Los alumnos del centro conocían la situación pero el adolescente no lo había verbalizado.
Los constantes ataques que había recibido, revelan, hicieron que el mes de agosto, sobre todo, fuera difícil para él. Al menos eso dijo tras su arresto por los atentados que cometió. Ninguno de los heridos presenta gravedad. El menor está a la espera de que el juez decida sobre su futuro.
Los hechos se registraron la madrugada del pasado jueves en la Instituto Elena García Armada. Voy a matarte. Te voy a matar, advirtió el adolescente desde el fondo del aula en la primera clase de la mañana. Había sacado de su mochila los dos cuchillos que se llevó de casa por la mañana. Fue directo a por los dos compañeros que, según su versión, le hicieron la vida imposible.
Le hizo varios cortes en la espalda y los brazos. El otro sufrió una pequeña contusión en la cabeza cuando salió corriendo del aula. Segundos después pidió al resto de alumnos que abandonaran la clase. Salgan todos, les ordené. Lastimé al profesor de biología en el ojo. Afortunadamente, llegó a su párpado y su visión no se verá afectada. También agredió a otros dos profesores. Todos están dados de alta.
El agresor salió al pasillo muy nervioso, gritando, y dos profesores lograron someterlo para contenerlo hasta la llegada de la Policía, que actuó rápidamente. He explotado. No pudo más, dijo a los agentes que acudieron al centro educativo. El día anterior se había comunicado con varios compañeros. Pocas veces lo hacía porque normalmente pasaba el recreo solo y las clases en silencio. Mañana será mejor que no vengan a clase, les advirtió. Ese mismo día, indican las mismas fuentes, había sido objeto de bromas de mal gusto e insultos por parte de algunos alumnos.
El joven, que obtuvo buenas notas, apenas interactuaba con sus compañeros ni se comunicaba con ellos. Era extraño oírlo hablar y mucho menos atacar a alguien. Se mostró pacífico, de ahí la sorpresa que causó a muchos al ver el cambio en su comportamiento.