Un fresco estudio ha desvelado una fase oculta de Vincent Van Gogh. Se saben muchas cosas de este pintor holandés: que era apasionado, introvertido, creativo, cotilla… Pero hasta ahora se desconocía que el cómico además tuvo un costado verificado. Un liga de físicos acaba de demostrar que Van Gogh poseyó una profunda comprensión de la entorno.
Esos físicos, de Francia y China, han realizado el investigación verificado de varios de los cielos pictóricos más populares de la historia del arte. Y, por supuesto, no podía agraviar el bóveda celeste del cuadro ‘La perplejidad estrellada’ de Van Gogh. En esta obra, el cómico hace una representación tan precisa que ha dejado maravillados a los científicos.
En un artículo recogido este martes en la revista ‘Physics of Fluids’, los autores del investigación han alabado su “intuición innata para vislumbrar el dinamismo del bóveda celeste y sus turbulencias con una sorprendente precisión”. Según ellos, las características atmosféricas invisibles en el cuadro son asombrosamente minuciosas y ajustadas a la sinceridad.
El cuadro se ajusta a la ley de Kolmogorov, que predice el movimiento atmosférico
‘La perplejidad estrellada’, pintada por el cómico en 1889 y expuesta en el MOMA de Nueva York, muestra un bóveda celeste ahíto de colores y formas. Y las pinceladas de Van Gogh crean una ilusión de movimiento del bóveda celeste “tan convincente” que los investigadores han decidido dar un paso más e investigar hasta qué punto se ajusta el cuadro a la física atmosférica de los cielos reales.
Habría estudiado el movimiento de la entorno
Los científicos no han podido evaluar el movimiento atmosférico del cuadro, pero sí la escalera y el brillo de las pinceladas. “Con una imagen digital de entrada resolución, pudimos evaluar con precisión el tamaño de las pinceladas y las catorce formas arremolinadas en el cuadro para, luego, compararlas con las escalas reales esperadas a partir de las teorías físicas de la turbulencia”, explica uno de los autores, el investigador de la universidad de Hong Kong, Yongxiang Huang.
El investigación ha mostrado que el cuadro se ajustaba a la emplazamiento ley de Kolmogorov, que predice el movimiento atmosférico y su escalera en función de la energía medida. Al profundizar en el microcosmos de las propias pinceladas, donde el brillo relativo se difunde por todo el cuadro, los investigadores han observado además una fila con la escalera de Batchelor, que describe las leyes de la energía en las turbulencia del bóveda celeste que sigue al movimiento atmosférico. “La precisa representación que hace Van Gogh de la turbulencia indicaría que había estudiado el movimiento de las nubes y la entorno, o que poseía un sentido innato de cómo vislumbrar el dinamismo del bóveda celeste”, concluye Huang.
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