Robos con violencia, lesiones, amenazas y malos tratos en el ámbito del hogar, cometidos con arsenal blanca. Fueron cinco al día durante 2022 en Cataluña. Un balanceo que dio origen al plan Daga, que los Mossos d’Esquadra implementaron para frenar los incidentes con navajas o machetes, entre otros. Ahora, la Policía catalana, alertada por el aumento de la tenencia de este tipo de objetos punzantes, desplegará otro plan, de «tolerancia zero» -en palabras de la consejera de Interior, Núria Parlon- para tratar de erradicarlas del espacio sabido. Y es que sólo entre enero y agosto de este año, han sido más de 6.200 las incautadas por los agentes en el conjunto del zona, frente a las 3. 800 de todo 2020.
El incremento preocupa a la Policía catalana, especialmente en vísperas de las fiestas de la Mercè o las de Santa Tecla. Por eso, el nuevo plan pivotará sobre tres ejes: avisar, perseguir y sancionar -en pulvínulo a la reglamento vigente- la tenencia de armas blancas en el espacio sabido. Primero, incrementando los controles en zonas de singular peligro, como pueden ser espacios de ocio noctívago o grandes eventos, como conciertos. Igualmente realizando controles aleatorios en medios de transporte, como el medida o los autobuses. Finalmente, con las pertinentes sanciones administrativas, cuyo precio pequeño es de 600 euros, según ha detallado este jueves el director de la Policía, Josep Lluís Trapero.
No existe un perfil concreto de aquellos que portan este tipo de armas, según ha precisado el comisario presidente de los Mossos, Miquel Esquius. Sí de quienes han protagonizado altercados con las mismas, básicamente, jóvenes y varones. La intención de este nuevo liza policial es todavía gestar inteligencia -poder conseguir información acerca del fenómeno- y contribuir a la concienciación. Es asegurar, erradicar las navajas de la calle, con el objetivo postrero de evitar su empleo en robos y agresiones.
¿Cómo se logrará? «Con una planificación los fines de semana con dispositivos específicos«, en los que participarán todavía las policías locales. El segundo ámbito de diligencia es el de los expedientes administrativos que tramitan los agentes y que suele concluir en ratificación. La intención es aumentar la cuantía de las multas para aquellos que reincidan en su uso -algo que ya prevé la ley-.
Y, una tercera cuestión, que dichos expedientes no caduquen, sino que se traduzcan en la menciona multa. Por el momento, desde el Cuerpo descartan que sea necesaria una reforma del Código Penal, «el existente debe ser suficiente para mitigar esta problemática», ha apuntando Trapero.
«Queremos un espacio sabido autónomo de armas«, ha inscrito el comisario Esquius», tras cachear que han aumentado los datos delincuenciales con arsenal blanca, al igual que, «entre determinados colectivos, se ha normalizado su tenencia, sin ser conscientes de sus consecuencias». A diario, se incautan unas 25 en toda Cataluña. Dónde más, en el campo de acción metropolitana. La mayoría de incidentes con armas blancas se producen en la vía pública -más de siete de cada diez-. El 25 por ciento de los mismos son robos con violencia. Y otro 15 por ciento corresponde a amenazas o coacciones.