Septiembre es el mes de la dorso al cole y igualmente de la vendimia en los viñedos gallegos. En el colegio plurilingüe Noble Corazón de Celanova han querido maridar uno y otro rituales con una mañana de ocio, trabajo y tradición en el patio escolar.
Los jardines del centro, espacio de recreo inmaduro, pero igualmente tablas en el que cultivan sus propias frutas y hortalizas, cuentan con varias parras con uvas de diferente variedad que sirven para introducir al alumnado en la viticultura. “Creemos que é unha experiencia moi chula e enriquecedora, remontarnos ao que facían antano os avós, os seus pais… e que a día de hoxe estase perdendo. É unha forma produtiva de que coñezan as tradicións”, comentaba el docente Lucas Núñez, encargado de coordinar los distintos equipos, desde Pueril a Primaria, entre los que había gran entusiasmo y desconocimiento, casi a partes iguales. “A maioría están preguntando como se corta, para que é isto, si de aquí sae o viño…”, comentaban los docentes, quienes coordinaban las tareas por edades.
Mientras los mayores se encargaban de preferir y cortar los racimos más altos, los más pequeños disfrutaban manchándose las manos, la ropa y hasta la cara, para extraer el extracto de la uva. “Estamos aprendiendo a vendimiar, es muy divertido”, comentaba Luis Fernández sobre un proceso que muchos de sus compañeros, experimentaban por primera vez. Fue el caso de Anggie, de Arthur o de Hanibal, quien tenía muy claro que lo mejor de toda esta experiencia fue “yantar las uvas ¡claro!”.
La actividad didáctica, que prolongó el recreo y la diversión de los escolares ayer en Celanova, no dejó a todos contentos. “Aprendimos, sí; pero nos hemos perdido la clase de atletismo”, lamentaba Dani Mosquera.