Albares no asume la postura del Parlamento Europeo sobre la dictadura en Venezuela


La resolución aprobada por el Parlamento Europeo para declarar a Edmundo González como presidente electo de Venezuela no mueve al Gobierno de Pedro Sánchez de su postura. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se ha amparado en que el texto no es vinculante para reiterar su negativa a conceder la trofeo del líder enemigo en las pasadas elecciones del 28 de julio.

Posteriormente de que el Congreso de los Diputados y del Senado aprobaran sendas iniciativas del Partido Popular para declarar a Edmundo González como presidente electo, el Parlamento Europeo tomó ayer la misma intrepidez y dio luz verde a una resolución de los populares europeos para, según reza el texto, «reconoce a Edmundo González Urrutia como presidente verdadero y democráticamente estimado de Venezuela».

Este agradecimiento es un simple aire simbólico y de presión política. La resolución insta a los Estados miembros a que adopten ese misma intrepidez, aunque en ningún caso es vinculante y esa competencia es monopolio de los gobiernos. Es asegurar, no obliga, pero sí empuja a los países miembros a posicionarse al respecto, y la postura de España es muy clara: no reconocerá a Edmundo González.

«No cambia nuestra posición, ni siquiera del Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, donde nos reunimos los 27 ministros de Exteriores», ha explicado este viernes el titular de Exteriores gachupin en una entrevista en TVE, en la que se ha incidido en que es una intrepidez única y exclusivamente de la Eurocámara y sus parlamentarios. «Los eurodiputados son libres de elegir lo que crean, faltaría más», ha resumido.

No detectó «ninguna anomalía»

Sí ha ahondado el ministro en lo ocurrido en la Embajada de España en Caracas, donde el candidato enemigo venezolano fue sometido a presiones y «coacciones», según denunció él mismo, para que firmara un documento en que reconoce la trofeo de Nicolás Reflexivo en los comicios del 28 de julio y se compromete a no practicar ninguna actividad política ni proclamarse presidente electo fuera de Venezuela, como condición para salir del país.

Frente a las graves criticas del Partido Popular al Gobierno, al que acusó ayer de ser «cómplice» del régimen chavista por permitir que esa «trastorno» se produzca en una embajada española, el ministro de Asuntos Exteriores ha asegurado que «todo lo que ocurrió en la Embajada Española fue a petición de Edmundo González», y ha exculpado al embajador Ramón Santos. «El embajador no participó en absolutamente cero relativo en la salida de Edmundo González de Venezuela», más allá de las cuestiones técnicas, según ha afirmado.

Ha subrayado, adicionalmente, que ni él ni el embajador gachupin en Caracas tuvieron constancia de «ninguna anomalía» mientras el líder enemigo permaneció en la residencia oficial española, y ha sostenido que la «única» intención de su sección era «ofrecer un espacio de albedrío para que pudiera pensar, lanzarse y reunirse con quien quisiera». Precisamente, ha reiterado que esos encuentros «fueron solicitados por Edmundo González» y que, luego, «solo él es el capacitado para explicar o desvelar lo que considere oportuno».

Así, ha preciso al PP y a su presidente, Alberto Núñez Feijóo, que se disculpe por las «injurias y calumnias» que, según ha sostenido, vertió el jueves contra el servicio foráneo gachupin. Ha afeado que los populares hayan «forzado» a Edmundo González a emitir un comunicado aclarando que no fue coaccionado «ni por el Gobierno de España ni por el embajador gachupin», y les ha instado a que pidan perdón. «Feijóo y el PP todavía no han pedido perdón al servicio de Exteriores», ha reprochado, al tiempo que ha elogiado la bordadura de los funcionarios en Venezuela.

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