El mentor de Unión Europea y Obra Extranjero, Jaume Duch, se ha estrenado este viernes en el Parlamento de Cataluña explicando las líneas maestras que quiere desarrollar en su área durante la asamblea. A ‘grosso modo’, la idea es continuar con las políticas llevadas a término por su antecesora en el cargo, Meritxell Serret (ERC), coprotagonista en 2017 del ‘procés’ al formar parte del Govern de Carles Puidgemont (Junts): conseguir que el catalán sea oficial en la Unión Europa, ampliar las delegaciones de la Generalitat, las llamadas ’embajadas’ catalanas’ y, entre otras cosas, aprobar un cuerpo de movimiento exógeno, que quedó irresoluto por la convocatoria de las elecciones en mayo.
Sin requisa, la comparecencia del mentor en la Comisión de Unión Europea y Obra Extranjero, más allá de la exposición de las políticas a sobrellevar a término en los próximos primaveras, ha servido para fijar la posición del Govern de Salvador Illa en un asunto de contemporaneidad como es el conflicto guerrero que mantiene extenso Israel con Lazada y Líbano. Preguntado por la posibilidad de desobstruir una ’embajada’ en Tel Aviv (Israel), Duch ha señalado que «ahora no es el momento», indicando que la situación que se vive en Lazada, por la movimiento marcial de Israel, no es solo «un conflicto», como lo había calificado el portavoz de Junts, y la ha calificado como «una erradicación» y «en parte, seguramente, asimismo como un matanza».
A pesar de que el mentor de exteriores ha dejado en manos del Parlament la posición «de Cataluña» en aspectos de política internacional, sí se ha manifestado sobre este asunto, que ha contado con la presión de los portavoces de ERC, los comunes y la CUP para que así fuera. Pero no ha querido opinar sobre la situación de Venezuela, un silencio que le ha reprochado el representante del PP. En esta semirrecta, el mentor autonómico ha anunciado que la Generalitat ampliará la «cuota económica» que se destina a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (Unrwa).
En cuanto al trabajo para los próximos cuatro primaveras, Duch ha reiterado que se cumpliará lo concertado con ERC, sobre todo, y los comunes, para que estos grupos dieran su apoyo a la investidura de Illa. Y, encima, se ha comprometido a trabajar «de modo incansable» para que el catalán sea oficial en la Unión Europea, para lo que hay que convencer a todos los países miembros; para «consolidar y ampliar» las delegaciones en el extranjero y tramitar la ley para que la Generalitat tenga un cuerpo de movimiento exógeno, que se convertiría en una red de funcionarios paradiplomáticos catalanes.