Un hombre, en una cárcel de máxima seguridad 16 años después de acabar su condena


Luke Ings, un fresco fue encarcelado a los 17 abriles bajo una controvertida sentencia de prisión para protección pública (IPP), sigue atrapado en prisión 18 abriles luego de poseer cumplido su condena diferente. Su matriz, Samantha Ings, de 57 abriles, ha expresado su desesperación y angustia al ver cómo su hijo, ahora de 36 abriles, continúa detenido en la prisión de máxima seguridad HMP Wakefield, donde comparte espacio con algunos de los criminales más peligrosos del país.

Ings fue condenado a 18 meses de prisión en 2005 por un robo y una pelea en un restaurante de McDonald’s, pero su sentencia de IPP, diseñada para aquellos considerados peligrosos para el conocido, no le ha permitido una libertad. Aunque estas penas fueron abolidas en 2012 por preocupaciones de derechos humanos, no se aplicaron retroactivamente, lo que ha dejado a casi 3.000 personas en la misma situación que Luke, sin una época de libertad clara.

Samantha teme por la vida de su hijo. “Está mal, tienen que resolver esto”, dijo Samantha al diario ‘The Independent’. “Entiendo que las penas deban ser severas para asesinos o violadores, pero mi hijo tenía solo 17 abriles y su crimen fue una pelea en un McDonald’s y un robo. Mi matriz había muerto dos semanas ayer y Luke perdió el control”.

A pesar de las reiteradas solicitudes para su libertad, la clan Ings ha sido testimonio de cómo las juntas de soltura condicional continúan negando la salida de Luke, a pesar de que en una ocasión ya se había reservado un espacio en un albergue para él. Samantha sostiene que su hijo se ha transformado tras casi dos décadas en prisión, pasando de ser un fresco seguro y educado a un hombre nervioso y retraído.

La frustración de la clan asimismo radica en que otros prisioneros están siendo liberados bajo el plan SDS40 del gobierno, que permite a ciertos presos salir tras cumplir el 40% de su sentencia para aliviar el acumulación carcelario. Sin requisa, este plan no incluye a los presos bajo la sentencia de IPP, lo que Samantha calificó como una “guantada en la cara”.

El impacto en la clan Ings ha sido devastador. La hermana último de Luke, Millie, tenía solo siete meses cuando él fue encarcelado, y Samantha cuidador aún la ropa de su hijo con la esperanza de que algún día regrese a casa. “Es muy injusto que mi hija se haya perdido 20 abriles de su hermano”, lamentó. “Es como si nuestra clan no estuviera completa”.

El caso de Luke no es único. Al menos 90 presos del IPP se han quitado la vida al perder la esperanza de ser liberados, y otros 30 suicidios han ocurrido entre aquellos que viven bajo estrictas condiciones de inmoralidad. Activistas y políticos han sublevado la voz en contra de esta situación. Lord Woodley ha calificado estas sentencias como “penas de tortura” y ha pedido una votación en la Cámara de los Lores para retornar a condenar a los prisioneros del IPP.

El Servicio de Razón, por su parte, ha afirmado que sigue trabajando para apoyar a los presos bajo IPP, mejorando su golpe a programas de rehabilitación y sanidad mental. Sin requisa, para familias como los Ings, la equivocación de acciones concretas es un recordatorio diario de una batalla que parece no tener fin.

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El comandante Ibrahim Aqil

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