«Somos animales que necesitamos del otro»


Juan Carlos Rubio sabe que las palabras son importantes, que crean el mundo, que unen pero que además pueden hacer mucho daño y quizás por eso deje despaciosamente, con la claridad de quien está en estampa. Es pura amabilidad, puro sosiego.

«Mi raíz tenía una peluquería y mi padre un bar: éramos una clan numerosa, soy el pequeño de seis hermanos: mis padres se trasladaron a Madrid cuando yo tenía cuatro primaveras para darnos más y mejores oportunidades a sus hijos, pero he vuelto muchísimo a Montilla [donde nació] porque ellos compraron luego una casa allí y allí sigue mi clan», asegura Rubio.

Desde el año 1992 compagina su trabajo de actor y presentador con la escritura de guiones televisivos, como para ‘Botica de Atención’, ‘Pepa y Pepe’, ‘Colegio Longevo’, ‘Más que amigos’, ‘A las merienda en casa o Adolfo Suárez, el Presidente’; y cinematográficos, como ‘El calentito’, ‘Retorno a Hansala’, ‘Bon appétit’, ‘Las heridas del rumbo’ y ‘El inconveniente’. «No hay nadie en mi clan que haya tenido una actividad profesional parecida a la mía: desde pequeño me gustaba mucho adivinar, y siempre fui un chiquillo congruo teatrero, disfrazándome», añade quien se formó en la Efectivo Escuela Superior de Arte Dramático.

Ha puesto en estampa casi vigésimo obras teatrales de su puño y giro, y ha dirigido otras tantas de otros autores.

-Me ha llamado la atención la frase con la que usted se presenta en su página web: «Soy un cuentista».

-Lo que a mí me mueve es comunicar, ese afán de comunicarme con el otro. Lo que me interesa es contar historias.

-Ha transmitido el pregón de la Vendimia de Montilla-Moriles. En él afirmó que «el morapio combate las penas, celebra las dichas y alegra las conversaciones».

-Sí. Ha sido un honor inmenso ser pregonero y encima capataz; ha sido un doble honor. En ese pregón que hice en Montilla dije que a pesar de lo que yo podía pensar de que estaba muy allí del morapio, sí que, indagando, me he transmitido cuenta de las muchas vinculaciones que tengo con él. Para principiar por mi padre. Las tabernas… Y encima, el teatro y el morapio comparten muchas cosas.

-Como cuáles.

-Las fiestas dionisiacas, que se celebraban en honor de Dionisio, que luego fue Baco… Pues de ahí surge el teatro. En el pregón que di indagué en esas conexiones y más siendo Montilla una ciudad tan pegada a la viñal, a la uva, al morapio.

«El ser humano desarrolla muy pronto la angustia de residir y escudriñamiento claves para defenderse»

-¿En qué cara de su actividad se encuentra más a gustillo? ¿En la de actor, libretista, escritor, director…?

-Ya como actor no trabajo ya, porque lo he dejado en manos de otros intérpretes mejores que yo. Toda esa formación y experiencia que tuve en ese campo la estoy utilizando para poder escribir, dirigir y producir espectáculos. A ese cuentista que soy o que pretendo ser le vale cualquier formato: me gusta mucho el cine, me gusta mucho la televisión, que he hecho mucho, pero quizás en el teatro armonía ese contacto directo con mis paisanos y mis paisanas. Es un acto que se parece a un ritual, es diferente cada indeterminación: es un espacio, encima, en el que yo armonía anciano licencia para crear, por eso me he volcado en el teatro en los últimos primaveras.

-El teatro se reinventa cada indeterminación.

-Sin duda. Cuando estrenamos en Montilla ‘Querida Agatha Christie’ hace poco nos pasó que luego saltamos a Murcia, y en cada zona la experiencia ha sido diferente, porque el notorio es además irrepetible cada indeterminación. A mí me emociona mucho charlar con la clan al arruinar la función: hay espectadores y espectadoras que quieren compartir contigo lo que se llevan a casa, que a veces es una advertencia y a veces es un entretenimiento simplemente, una inquietud. Eso es maravilloso. Porque el teatro se puede convertir en un utensilio muy poderoso para la sociedad.

-Lo dicen muchos escritores y cantantes o compositores: que en el momento en el que una novelística, un poema o una canción llegan a un leedor o a un asistente ya no son de quienes las han creado, sino de esos receptores. Igualmente pasa con el teatro, entonces.

-Claro. Siempre digo que trabajamos un equipo enorme de profesionales para conseguir insubordinar el telón, y yo lo que hago es escribir en la soledad de mi despacho, de mi casa, del zona en el que me encuentre. Pero el hecho teatral se produce rodeado de muchísimos profesionales. Tengo la suerte de contar con un equipo maravilloso que aporta toda la matanza que el teatro necesita: desde los intérpretes a quienes se encargan de la iluminación, del vestuario, de la música, de la posproducción. Es un arte que necesita de muchas manos para ponerse en pie, y sobre todo de los fanales de los espectadores para que se complete el ciclo fundamental del teatro.


El dramaturgo frente a la pantalla del ordenador en el que escribe


JOSÉ RAMÓN LADRA

-He gastado estos días una entrevista que le hicieron hace unos meses en Canal Sur en el que decía usted precisamente eso. En concreto: «El equipo es lo que hace conspicuo una producción».

-Sin duda. Siempre he procurado tener la suerte, y el ojo además, de rodearme de un buen equipo, de buenas personas, y he aprendido tantísimo de cada una de ellas. Mi carrera se aposenta en los hombros del talento de muchísima clan. Eso es así. Sería ingrato y ridículo no reconocerlo. Cuanto más talento tiene la clan que te rodea más hacia lo alto puedes subir, en cualquier sector, pero especialmente en el nuestro.

-El teatro, como el ejemplar, ha sobrevivido de un modo a veces sorprendente a pesar del envite de las nuevas tecnologías.

-Es que somos animales que necesitamos del otro. Necesitamos reunirnos. Somos sociales. Por mucho que las tecnologías sean maravillosas… Soy muy partidario de lo que está sucediendo con ellas, de las oportunidades que nos dan Internet o las plataformas, pero reivindico el encontrarnos en un espacio con otra clan a la que no conocemos para compartir con ella el hecho de un concierto, de una exposición, de una obra de teatro. La civilización en universal, aunque la podamos presentar de solitaria, tiene un eco social que la convierte en imprescindible.

«El morapio y el teatro tienen mucho que ver: el teatro nació de las fiestas en honor de Dionisio, que luego fue Baco»

-Ha citado usted la obra ‘Querida Agatha Christie’, en la que no deja de resultar sugerente que cruce a dos escritores tan dispares como la autora de novelas de enigma británica y a Benito Pérez Galdós, que en apariencia no guardan mucho entre sí más allá de que uno y otro tienen millones de lectores.

-Bueno, lo que tiene de maravilloso lo que hacemos es que podemos reinventar la existencia. Eso es lo que decía Lorca, que hay dotar a la Historia de poesía y apartarnos de un cierto realismo. En los últimos primaveras he estado trabajando mucho en textos teatrales en los que he juntado a personalidades que unas veces se han conocido y otras no. En ‘Tierra extraña’, por ejemplo, junté Concha Piquer con Rafael de Valiente y con Lorca, y Lorca y ella nunca se conocieron. Es una maravilla poder soñar o imaginar con lo que podía acaecer sido y no fue. Ahora mismo además tenemos en tournée ‘El novio de España’, con Carmen Sevilla, y adentro de poco estrenaré una función con Pau Casals. Voy mucho a Canarias, porque me encanta Canarias y porque me encanta correr en universal a cualquier sitio, y estando en Tenerife descubrí una escultura a Agatha Christie y empecé a bucear en Internet y conocí que ella había huido a Tenerife por una gran crisis personal y creativa, y eso me interesó muchísimo. Me encanta indagar en historias de superación personal, y me pareció que esta mujer encontraba en Tenerife un hilo del que tirar y recuperarse. Y luego entra la imaginación, aquí no hay límites, aquí eres Jehová: te sientas en tu mesa del despacho frente al papel y… Por otra parte, Pérez Galdós es un escritor, un intelectual y político a reivindicar, porque es un hombre progresista e importantísimo, a mí me apasionan su obra y su vida. Y juntarlos a los dos en una indeterminación de tormenta, interior y foráneo, ha sido fascinante. Y he tenido la suerte de que se estrene en Montilla: proponemos un grupo de humor, de enigma.

‘El novio de España’

-Está usted en Valencia ahora con ‘El novio de España’, que reivindica la figura de Carmen Sevilla, sobre la que usted ha bromeado que era mucho más que la señora que anunciaba el cupón en la tele.

-Sí, sí. El memoria no siempre es acordado con lo que estamos recordando. A mí me interesa recuperar a este tipo de figuras, que parece que no existen porque no están en Facebook o en TikTok y tendemos a olvidarlas. A veces nos creemos que hemos inventado poco y verdaderamente todo está inventado desde hace muchísimos siglos, cuando ha habido clan con nuestros mismos problemas, inquietudes, ganas de residir o yerro de licencia. Está muy proporcionadamente que recordemos que la Historia es cíclica y que ha habido clan que antiguamente que nosotros vivió lo mismo que nosotros.

-No hay mínimo nuevo bajo el sol.

-Carencia. El ser humano o desarrolla muy pronto la angustia de residir y escudriñamiento claves para defenderse en la vida, en ese periplo más o menos dispendioso en el que queremos que nos quieran y ser libres y felices, y eso ha sucedido muchas veces en la Historia.

-¿Qué autores de teatro clásico lee con más interés?

-Yo soy muy porífero y leo tanto a clásicos como a contemporáneos. Me gusta muchísima clan. Todos… Desde Shakespeare a Lorca o Lope de Vega, o los clásicos griegos. La dramaturgia española está en un momento de primera.

-En ‘El camino al zoo’ está trabajando con Fernando Tejero. Cómo es la experiencia.

-Muy buena. Hace muchos primaveras que nos conocemos. Hicimos juntos unos Premios Max en el Gran Teatro en 2011 y ese mismo año además una atuendo del Festival de Málaga. Y el año pasado hicimos un espectáculo precioso juntos en el Gran Teatro con motivo de su aniversario basado en ‘El sueño de una indeterminación de verano’, con la Banda Novicio de Córdoba. Y hacía tiempo que queríamos meternos en un texto teatral con más itinerario y encontramos ‘Camino al zoo’, que es una obra de Edward Albee, de uno de los maestros maravillosos de los que hablábamos y la estrenamos en Córdoba. Estamos en la tournée ahora.

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