Una jueza ha extenso una investigación para esclarecer la asesinato de una pupila de tres abriles en el Hospital de Figueres, dos días luego de que acudiera con dolor de estómago al Centro de Atención Primaria (CAP) de Roses, donde fue enviada a casa al no revalorizarse peligro en los síntomas.
Según ha informado el Tribunal Superior de Razón de Cataluña (TSJC) y ha liberal esta mañana ‘El Punt’, la investigación fue iniciada por la titular del Judicatura de Instrucción número 8 de Figueres tras la denuncia presentada por los padres de la beocio el pasado 18 de septiembre, horas luego de su fallecimiento. La magistrada ha solicitado la historia clínica de los centros sanitarios que atendieron a la pupila y ha arreglado realizar una necroscopía para determinar las causas exactas de su asesinato y si pudo poseer negligencia médica.
De acuerdo con la denuncia presentada por los padres, la beocio acudió al CAP de Roses con malestar estomacal, pero tras ser examinada, se le dio el reincorporación y fue enviada de regreso a casa. Sin secuestro, la situación empeoró, y la indeterminación del martes la grupo volvió al mismo centro de vitalidad, donde la pupila, por otra parte del dolor, presentaba fiebre. En ese momento, los pediatras decidieron derivarla en ambulancia al Hospital de Figueres.
Una vez en el hospital, los médicos constataron que el estado de la beocio era crítico y activaron una ambulancia para su traslado urgente al Hospital Josep Trueta de Girona. No obstante, la pupila falleció ayer de que pudiera ser evacuada.
La jueza sigue a la demora de los resultados de la necroscopía y de los informes clínicos para esclarecer las circunstancias que rodearon el fallecimiento de la beocio y determinar si existieron fallos en la atención médica.
¿A qué podrían enfrentarse los médicos si se demuestra que fue una negligencia?
Si se demuestra que la asesinato de la pupila fue causada por una negligencia médica, los médicos implicados podrían contraponer diversas consecuencias en los ámbitos penal, civil y profesional.
En el plano penal, los médicos podrían ser acusados de homicidio por imprudencia profesional, según lo establecido en el Código Penal castellano. Si la negligencia se considera tranquilo, podrían enfrentarse a penas de prisión que varían entre 1 y 4 abriles, dependiendo del nivel de imprudencia. Encima, podrían ser sancionados con inhabilitación para ejercitar la medicina durante un periodo determinado o incluso de forma permanente, y con multas económicas.
En el ámbito civil, los médicos y/o el centro de vitalidad podrían ser demandados por los familiares de la pupila, lo que podría derivar en una indemnización económica por daños morales y materiales. Aunque generalmente los médicos cuentan con seguros de responsabilidad civil que cubren este tipo de situaciones, en casos de negligencia tranquilo el profesional podría tener que contestar con su propio patrimonio.
A nivel administrativo, los médicos podrían ser investigados por las autoridades sanitarias o el colegio de médicos, lo que podría derivar en sanciones como multas, suspensiones o incluso la expulsión del colegio profesional, lo que les impediría ejercitar su profesión.
Para que se considere negligencia médica, debe probarse que los profesionales actuaron sin la debida diligencia, lo que significa que no siguieron los protocolos o estándares establecidos en su praxis, poco que será determinado por las investigaciones y el proceso legal en curso.
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