Cae una banda itinerante que robaba las tarjetas bancarias a los ancianos en un famoso supermercado tras ver cuál era el PIN


La Policía Franquista de Alicante ha detenido a tres miembros de una ordenamiento delictiva que operaba por toda España como presuntos autores de numerosas estafas cometidas sobre personas vulnerables de avanzadilla perduración, asiduamente mujeres de entre 70 y 90 abriles de perduración, a quienes seleccionaban en los establecimientos comerciales de una conocida esclavitud de supermercados, donde observaban cómo marcaban el número PIN de sus tarjetas en los datáfonos, para luego sustraérsela y hacer extracciones de efectivo.

La investigación se inició en torno a una operación, que se inició a raíz de diversas denuncias que seguían el mismo patrón en cuanto al perfil de las víctimas y la sucesión de los hechos. Los investigadores rápidamente se dieron cuenta de que posiblemente un rama criminal itinerante se habría establecido en la provincia y estaría operando en la ciudad de Alicante.

Los miembros del entramado, actuaban siempre del mismo modo, seleccionaban a sus víctimas entre ancianos de entre 70 y 90 abriles de perduración, muchas de ellas mujeres, aprovechándose de su situación de vulnerabilidad.

Según las averiguaciones, los responsables de la trama eran un hombre y una mujer, los cuales, actuaban en dos fases de guisa perfectamente coordinada y siempre en el mismo tipo de establecimiento: supermercados con gran afluencia de clientes.

Así las cosas, en la secuencia de hechos, siempre se observaba cómo los dos investigados accedían al establecimiento a plena luz del día y por separado, deambulando por en el interior del nave entre los clientes para pretender a sus víctimas cuidadosamente, generalmente basándose en su perduración.

Sin confiscación, el indicador más importante en el que se fijaban para elegirlas, era el masa de la adquisición que hacían, observando minuciosamente los carros de la adquisición de los clientes del establecimiento.

De este modo, hacían un cálculo a ojo del valencia de la adquisición, sabedores de que, si era superior a 50 euros y se pagaba con plástico, requería de la marcación del número PIN, siendo este el objetivo de la primera grado de su plan.

Seguidamente, una vez seleccionada la víctima, se situaban en torno a la misma de modo discreto para observar el momento cabal de la marcación del número PIN de la plástico, de guisa que, mientras uno de los autores, casi siempre el macho, hacía de pantalla para ocultar la actividad de su cómplice, la mujer observaba cómo tecleaba la víctima los dígitos en el datáfono, quien era totalmente ajena a la actividad criminal que se estaba urdiendo en torno a ella.

Según constataron los agentes en sus diligencias, tal era la pericia de la investigada que, aunque no viera completamente el número que marcaba la víctima en el datáfono, la posición de sus dedos le era suficiente para conseguirlo, lo cual requiere de una gran destreza y entrenamiento por parte de los miembros de la ordenamiento.

A continuación, ponían en marcha la segunda grado de su plan. Los autores seguían a las víctimas caminando desde el establecimiento, hasta incluso los portales de sus viviendas donde, en el momento adecuado y con cualquier tipo de argucia, uno de ellos la distraía mientras otro le abría con tacto el bolsa sustrayéndole la cartera que contenía la plástico.

Finalmente, con la plástico y el código PIN en su poder, los autores realizaban inmediatamente reintegros en cajeros automáticos o se dirigían a salones de juegos, donde los investigados podían realizar reintegros de efectivo a modo de cajeros automáticos, realizando los pagos con las tarjetas de las víctimas.

De este modo, fue como llegaron a perpetrar entre los pasados meses de junio y agosto, hasta nueve hechos delictivos sobre personas de edades comprendidas entre los 71 y los 91 abriles, a través de los que se hicieron con un despojo de 24.845 euros, llegando a hacer un pelotera en la cuenta de uno de los afectados de más de 6.000 euros.

Con estos datos, los agentes del rama especializado en delitos económicos de la Comisaría Provincial de Alicante, comenzaron las pesquisas de investigación en torno a la proceder de estas dos personas.

Un conductor encargado de la provisión

Tras una minuciosa investigación, averiguaron finalmente la identidad del hombre y la mujer, así como asimismo el modo en que se estarían desplazando desde la plaza murciana de Cartagena, donde pernoctaban, por lo que establecieron un dispositivo de búsqueda que culminó con la detención del macho y la mujer investigados.

Por otra parte de estos dos detenidos, se arrestó a un tercer miembro del rama criminal, quien estaría haciendo las veces de conductor, adicionalmente de encargarse de aguantar a mango gestiones de provisión, como el locación de los alojamientos.

Los detenidos, dos varones y una mujer, de patria rumana, de entre 20 y 27 abriles de perduración, acusados de los delitos de estafa, falsificación documental y décimo en ordenamiento criminal, fueron puestos a disposición del Curia de Instrucción de atención de la misma plaza de Cartagena.

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