Los montes vecinales representan más de un tercio del territorio de Ourense



El conflicto entre la empresa de pizarra Irosa-Samaca y la comunidad montañesa de Portela e Trigal en la comarca de Valdeorras ha reabierto el debate sobre la propiedad de la montaña y la utilidad o no de estas figuras de copropiedad que provienen del derecho germánico. Para contextualizar esta realidad hay que poner las cifras en contexto. La provincia tiene una superficie aproximada de 727.300 hectáreas. Pues bien, según el Cuarto Inventario Forestal Nacional elaborado por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, 575.264 son forestales, lo que significa que Alrededor del 80% del territorio provincial es montañoso.el porcentaje más alto, con diferencia, de toda Galicia.

Entrando ahora en el territorio boscoso de la provincia, El régimen de propiedad más común para estos terrenos es el de propiedad en común vecinal.. Bajo este tipo de tenencia existen 278.136 hectáreas en toda la provincia según datos del Departamento de Asuntos Rurales, lo que supone casi la mitad (48,1%) de las tierras forestales y un llamativo 38% del territorio total de la provincia, más de un tercio. del total. Analizando los datos a nivel de Galicia, Ourense se alza como la provincia con más bosque vecinalconcentrando el 42% de este tipo de bosques en la comunidad.

motor de empleo

Medio Rural cree que El bosque local debería ser “uno de los dos principales motores del negocio local”, aunque encomienda a las comunidades forestales la tarea de transformar los recursos forestales, algo que no resulta fácil dada la gran despoblación que asola los pueblos del medio rural ourensano. Esta situación en ocasiones resulta en que los comuneros tengan muchas dificultades para hacer avanzar sus tierras y estas Son totalmente improductivos y mal organizados..

Xosé Pereira, presidente de la Organización de Bosques de Galicia, considera que “Este modelo de propiedad nunca debe perdersey que las corrupciones o mal funcionamiento “no son habituales y no son culpa del modelo, sino de la gente”. Desde la asociación certifican que el principal problema es el “despoblamiento” de la provincia, aunque han propuesto soluciones alternativas para que los vecinos no pierdan sus propiedades y esas tierras sigan organizadas: “Propongamos que, en aquellos lugares que no puedan Se constituirá comunidad de montaña por falta de población, correspondiendo a la Xunta, con la colaboración de las comunidades vecinas, gestionar el territorio de forma precautoria, Siento que los vecinos pierden la propiedad del terreno.. “Si no volviera a haber gente en esa zona, se volvería a formar una comunidad forestal y ellos volverían a gestionar su territorio”.

Respecto a las críticas a este modelo, Pereira lo defiende como “uno de los dos más democráticos que existeny señalando que los problemas concretos “son causados ​​por los individuos, no por el modelo comunal”.

Daniel Hermosilla, un valdeorrés conocedor del uso y evolución de los montes comunales en la última década así como del peso de la pizarra de su región natal en la construcción, llama a reflexionar sobre la utilidad de esta figura de propiedad, ya que considera que, en muchos casos, está corrupta y responde “a los intereses de quienes dirigen las comunidades”. Aunque reconoce que Este modelo tenía sentido cuando la gente vivía en zonas rurales.ahora, con la despoblación, son “para que unos pocos se ganen las cartas que xera o monten”.

“Los más rurales son los que peor trabajan”

Hermosilla, que preside el Clúster de la Construcción de Galicia, divide a las comunidades de vecinos en “las que funcionan y las que no”. En las que operan incluye, sobre todo, las que están cercanas a las ciudades, mientras que en el segundo grupo señala las más rurales, “gestionadas por los cuatro polos que allí hay”. Él señala que Es común “que las tarjetas se distribuyan de forma ilícita, que las tarjetas se gasten en orquestas… Así, convierten a la iso en un coto privado”.

En su opinión, debería haber una mayor vigilancia sobre este régimen de propiedad, buscando un mayor cumplimiento de las normas para evitar la corrupción y permitir que empresas y administraciones se aprovechen de todo el potencial que tiene la montaña y que ahora está desperdiciado.

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