El sueño de sacar a la luz el Castro de Trelle en Ourense



El Castro de Trelle no es solo un oficio de patrimonio, sino que envuelve la historia de un pueblo y la ilusión de unos niños que soñaban con su hallazgo. Bajo un veta envuelto por la naturaleza se encontraba este veta que confluye con los concellos de Toén, Barbadás y Cartelle. Y es que gracias al trabajo de esos niños, que ahora superan -por poco- la treintena, hoy día podemos murmurar de excavaciones, castros y conocer un poquito más la historia del oficio.

El miércoles pasado finalizaron los trabajos de consolidación del Castro de Trelle, una tarea que se ha venido desempeñando durante la segunda quincena de agosto de la mano de la asociación Amigos de Patrimonio de Toén. Pablo Sabucedo creció con las historias que sus padres y abuelos le contaban sobre el castro, unas leyendas que han conseguido sobrevivir gracias a la tradición hablado. Sabucedo, investido en Historia y miembro de la asociación, es una de las personas que se ha encargado de sacar delante este esquema. Así fue como comenzaron una campaña donde desde la asociación, socios y donaciones consiguieron reunir 22.000 euros para comenzar. “Nosotros teníamos la certeza de que ahí había poco pero no lo habíamos excavado nunca”, explica el historiador.

Poco que ha encaramado interés entre los concellos, especialmente el de Toén y Barbadás, que se encuentran a la calma de aprobar una subvención donado su potencial turístico. El objetivo de esta sería hacer una campaña más ínclito “quizá de dos meses”, como señala Sabucedo. Lo que se sondeo es que las actuales catas pequeñas se abran en extensión, y en un futuro consolidar ese espacio no como un único rectángulo en el suelo, sino que sea transitable como el castro de Santa Tecla. Por el momento se desconoce cuándo se aprobará esta financiación aunque lo que sí tienen claro es que con o sin ella continuarán con este esquema en el verano de 2025.

Durante el mes de agosto desarrollaron trabajos de excavación para descubrir las edificaciones 

Durante el mes de agosto desarrollaron trabajos de excavación donde realizaron tres catas en las que bajaron a nivel para descubrir las edificaciones que estaban debajo del suelo. Una vez terminaron esa parte -una pequeña, pues el contorno mide, según Sabucedo, 3,5 hectáreas– pudieron ver las líneas de murallas y su consideración, de aproximadamente 10 metros. Aparecieron así las casas circulares, tan representativas de estos asentamientos, igualmente salieron restos de civilización material, como cerámicas. “Por el tiempo de estas cerámicas pensamos que podía tener contacto entre las personas que estaban en el castro y los romanos”, explica Sabucedo, quien señala este castro como uno de los cinco más grandes de la provincia.

Los trabajos de consolidación terminaron esta semana y consistieron en dejar a la perspicacia aquello de la forma “más segura posible”. Es sostener, colocaron las piedras de tal forma que si uno se sube no caigan y así los restos puedan “estar protegidos y no sufran ningún desperfecto”

Pablo Sabucedo incide en la implicación de los lugareños. En este tiempo trabajando en torno a de 250 personas se han acercado al oficio, individuos que en muchas ocasiones no tenían gran conocimiento del tema pero que se han interesado por retener lo que allí acontecía. Un trabajo de esfuerzo de la asociación que cada vez cuenta con más apoyo y amplía a más de 70 sus socios. Y que no olvida a sus grandes fuentes de información, Castor Seara (92) y Benito Fernández (101), quienes fallecieron antaño de que comenzaran las excavaciones pero que fueron piezas claves para situar el punto de partida. 

El Castro de Trelle es un esquema avaricioso que invita a descubrir el gran riquezas que alberga el monte. Un símbolo, en definitiva, de la identidad de los residentes

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