Al cantautor argentino Andrés Ciro Martínez no le resulta carencia complicado susurrar adecuadamente del Cosquín. Es más, se nota que lo disfruta. Lleva vinculado al considerado como el festival de rock con más historia de su país desde que este nació, hace ya más de dos décadas. Primero, como vocalista de ‘Los Pijos’, más tarde como ‘Ciro y los persas‘, la cuadrilla que formó en 2009. Por eso, era imprescindible que estuviera en la primera cita que se celebrará en España con el ‘sello’ del Cosquín Rock.
Será este sábado 28 de septiembre en Valladolid. ‘Ciro y los persas’ recalará en el tablas Vibra Mahou, uno de los tres montados en la Antigua Hípica-Pinar de Antequera poco antiguamente de las 23.00 horas tras hacer el pasado fin de semana sendos ‘sold out’ en Madrid y Barcelona, donde deleitaron con su rock rioplatense. Ayer, este martes estarán en Mallorca y el jueves en Málaga para concluir su expedición española el domingo en Bilbao. En la caudal vallisoletana han sido citados para ‘redondear’ un cartel que contará todavía con Arde Bogotá, Hombres G, Gipsy Kings, Steve Aoki y Crystal Fighters entre sus principales grupos y artistas.
Andrés Ciro Martínez está acostumbrado a las multitudes. Ha llenado en varias ocasiones el estado de River Plate, en Buenos Aires, tanto con su antigua cuadrilla ‘Los piojos’ -con la que se volverá a reunir en dos esperadísimos conciertos antiguamente de Navidad- como en solitario. Así dilación encontrarse el nuevo festival vallisoletano, donde cree que la clan se acercará con «muchas ganas de cantar y robar». El promete un ‘show’ de los suyos, satisfecho de energía, buen rollo y rock. Días antiguamente, le preguntamos por su cita con la ciudad del Pisuerga.
El Cosquín Rock es uno de los festivales más consolidados de su país en este mercaderías, con más de dos décadas de existencia. Usted ha estado mezclado a él casi desde sus orígenes, primero con ‘Los Piojos’. ¿Qué significa este certamen para su país y cómo lo explicaría a quien no lo conozca?
Cosquín Rock es una verdadera fiesta doméstico. Viene clan de todos los rincones del país y hay muchísimas bandas, desde primera carrera hasta poco conocidas, adicionalmente de actividades y ofertas culinarias. Encima, no solo hay shows sino que que es sede de exposiciones donde se exhiben fotografías de rock icónicas, montan tirolinas…¡Es una experiencia única! Por lo universal han durado dos días, aunque hubo ediciones de tres. Siempre disfrutamos participar en cualquier Cosquín.
Es un festival en cuyo ‘ADN’ ha estado siempre el descubrimiento de nuevos artistas. ¿Considera que sus ‘sucursales’ deberían tener la misma filosofía?
Haga donde se haga no pierde su esencia.
Para crear sus temas se ha fijado Lou Reed, los Beatles… ¿Qué audición hoy?
Actualmente no escucho en particular carencia. Ahora suelo poner en Spotify a J. J. Cale, o una cuadrilla muy nueva argentina de soul-funk q se apasionamiento ‘Tiger mood’.
¿Considera que todavía tiene un hueco el rock entre tanto ‘autotune’ y reguetón o ya sólo es un mercaderías para nostálgicos?
Creo que en breve el reguetón será la música para nostálgicos.
Tanto tiempo sobre el tablas… ¿Percibe que sus conciertos son ya intergeneracionales?
Lo son desde hace más de 20 primaveras. En los conciertos de ‘Los Piojos’ ya veíamos padres e hijos. ¡Ahora ya hay abuelos!
¿Cuál es el secreto de seguir en la brecha del rock décadas luego?
El secreto, que no es tal es para mí, está en seguir comprometido con lo que se hace. Respetando siempre al notorio y tratando de mejorar. Eso se percibe siempre. Es un alucinación de egresados constante. Por poco los músicos más grandes como ‘The Rolling Stones’ siguen saliendo a la carretera. Seguro que en su casa la mujer le debe proponer a Keith Richards a los gritos: «¡otra vez hiciste pis sin erigir la tapa del inodoro!», mientras que allá donde vayan lo reciben como un rey. ¡Como no se va a ir de expedición!
¿Qué dilación del notorio que se acerque al festival en Valladolid?
Que sea singular el que no nos conoce y se acerque a escuchar. Y el que ya nos vio que esté con muchas ganas de cantar robar y pasarlo adecuadamente.