El mal partido del Córdoba en Huesca dejó pocas notas positivas. Sin retención, hubo dos jugadores que gozaron de algunos minutos que aprovecharon admisiblemente, pese a que el equipo no respondió como debería. Es el caso de Genaro y Obolskii. Los dos fichajes no han aterrizado con buen pie en la entidad y su billete ha disminuido con el paso de las jornadas. Sin retención, frente a el Huesca tuvieron un papel destacado en la segunda parte y dejaron buenas sensaciones aunque el esfuerzo fue insuficiente para apropiarse los tres puntos de un partido todavía para olvidar en El Alcoraz.
Por un flanco, Genaro saltó al campo para intentar poner poco de calma al centro del campo y difundir superioridad frente a la marcha de Isma Ruiz (que fue sustituido por un ataque en la primera parte). Trabajó admisiblemente en la medular y generó peligro. Incluso vio puerta tras una gran barrabasada blanquiverde, pero el árbitro señaló fuera de recreo al sevillano. Era el 3-2 del Córdoba con más de media hora por delante. Hubiese sido un punto de inflexión en el partido, pero finalmente poco más se pudo hacer para puntuar en otra salida desastrosa del equipo.
Genaro no ha tenido un rol protagonista en sus primeras semanas como blanquiverde. El sevillano tuvo su primera titularidad en el primer partido de ajonje frente a la marcha de Isma Ruiz. Sin retención, no aprovechó la oportunidad y salió del merienda, relegado a salir desde el banquillo. No ha conseguido alcanzar su mejor interpretación y su beneficio de perfeccionamiento todavía es amplio. Delante el Huesca, dejó buenas sensaciones e incluso podría pelear por ser titular en el esquema de Iván Ania aunque tiene delante a dos pesos pesados como Isma Ruiz y Álex Sala.
Por su parte, Obolskii siquiera está teniendo suerte en sus primeras jornadas como blanquiverde. El punta ruso, al igual que Genaro, tuvo su primera titularidad en la primera trayecto, pero desapareció del merienda dejando su sitio para Antonio Casas. Por ejemplo, en el partido frente a el Málaga, no tuvo minutos cuando el equipo estaba volcado al ataque. Iván Ania aprendió de sus errores y le dio unos minutos frente a el Huesca, cuando el equipo buscaba el segundo gol que le metiese otra vez en el partido de El Alcoraz. Los aprovechó, pese a no marcar.
Trabajó admisiblemente para el equipo en ese feo trabajo de apearse balones. Incluso jugó próximo a Casas aunque por detrás del rambleño. Peleó y casi provoca todavía el segundo gol de los cordobesistas. En una argumento rigurosa, el árbitro no vio penalti por un agarrada sobre Obolskii que podría suceder cambiado el rumbo del partido. Sea como sea, su entrada le dio un plus en ataque al equipo y aprovechó sus minutos. Todavía necesita un primer gol para coger confianza y sentirse parte del equipo.