Pedro Sánchez ha decidido olvidarse en conocido, durante su reconocimiento a Nueva York con motivo de la Asamblea Normal de la ONU, de las serias dificultades domésticas que afronta su mandato. En su segundo día en la ciudad norteamericana, el presidente del Gobierno ha evitado mencionar siquiera su propia valentía, concretada este martes a posteriori del Consejo de Ministros, de atrasar la votación de la senda de pasivo (primer paso para aprobar los Presupuestos Generales del Estado) que iba a tener superficie este jueves en el Congreso de los Diputados, y que como ocurriera acordado antiguamente del verano estaba abocada al fracaso por el rechazo de Junts per Catalunya.
Si la portavoz del Ejecutor, Pilar Alegría, optaba por culpar al Partido Popular (PP) de la situación, pidiéndole a los de Alberto Núñez Feijóo el apoyo que le niegan los de Puigdemont, su principal socio de la investidura, Sánchez ni siquiera hacía ese esfuerzo. En un foro organizado por ‘El País’, previo a su diálogo sinalagmático en la ONU con el presidente de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva, el principal del Ejecutor ha pronunciado un discurso en el que ha cantado las excelencias de una situación económica, la de España, que a su madurez «vive uno de los mejores momentos de las últimas décadas», ha sentenciado de forma tajante.
En un tono distendido, y haciendo insinuación a que se encontraba en el extranjero, Sánchez ha afirmado que «esto cuesta muchas veces decirlo, porque el carácter gachupin es así, creo que, cubo que estamos fuera de España, y es cuando solemos [los españoles] departir admisiblemente de España, tenemos que hacerlo, porque exactamente es lo que parece, es un éxito de país, del cuál todos tendríamos que estar muy orgullosos», ha concluido.
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