El PP se aleja más de Vox y tumba con su ‘no’ la ley de concordia


La proposición de ley de concordia, que en abril registraron en las Cortes de Castilla y Bizarro PP y Vox cuando aún eran socios de gobierno, terminó ayer definitivamente su reconvención. Con los únicos votos a atención de los de Abascal y el rechazo de PP, PSOE, UPL-Soria ¡Ya¡ y Clase Cerilla, la iniciativa parlamentaria fue ‘tumbada’ posteriormente de un tenso debate. El no mayoritario a la toma en consideración certificó que los populares siguen poniendo tierra de por medio con Vox y haciendo borrón y cuenta nueva con algunas de las decisiones más polémicas durante su mandato en global como en todo lo relacionado con el Diálogo Social que el presidente de la Congregación, Alfonso Fernández Mañueco, tardó pocos días en restablecer.

El portavoz adjunto del Clase Popular, Óscar Reguera, fue el encargado de defender la posición contraria de su comunidad a tramitar la ley, que justificó en «razones de oportunidad, de prioridad y de prudencia» al considerar que no era urgente para la Comunidad y que los bienes presentados en otras autonomías contra leyes similares aconsejaban esperar y, sobre todo, contar con un mensaje del Consejo Consultivo de Castilla y Bizarro que avale la norma castellano y leonesa. El procurador del PP se mostró «convencido» de que, pese a todo, la norma que en su momento acordaron con los de Abascal y que llegó a la Cámara con las firmas de los dos partidos «es constitucional».

Durante su intervención, que la competición consideró «un papelón», cargó contra Vox por «abrir su soltería coqueteando con el PSOE», por lo que «estamos en presencia de un nuevo idilio», interpretando así la cultivo de competición que ahora realizan los de Vox tras su salida del Ejecutor autonómico.

Precisamente, el portavoz de esta formación y exvicepresidente de la Congregación, Juan García-Gallardo, hizo una encendida defensa de la iniciativa y lanzó duras críticas con destino a el PP al que preguntó «por qué la registraron con nosotros y han defendido hasta antaño de ayer» una ley que, a su razón, «es desafío y necesaria». En este tablas recordó a los populares que están en minoría, así que anunció «una competición persuasivo dedicada a mostrar sus vergüenzas y a ponerles frente al espejo».

El portavoz del Clase Socialista, Luis Tudanca, defendió su voto en contra de la toma en consideración que pone el «punto y final» a la iniciativa parlamentaria y con ello «cerramos una página negra de la historia de Castilla y Bizarro».. Adicionalmente, arremetió contra el PP y, sobre todo, contra Fernández Mañueco, por su «cambio de postura», al sufragar ahora contra la proposición cuando «durante dos abriles se ha puesto una pinza en la trompa para timonear con la extrema derecha». Al igual que Tudanca, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Donaire Víctor Torres, incluso se alegró del final de la ley: «Aunque a veces tarde en calar, el sentido global siempre es bienvenido».

El parlamentario del UPL-Soria ¡Ya!, Luis Mariano Santos, y el único representante de Por Ávila, Pedro Pascual, pusieron el tono más sosegado al debate. El primero tachó de «esperpéntico» lo sucedido con los exsocios, mientras que el avilés lamentó que este tipo de iniciativas sirve para «radicalizarnos y no contribuyen a mejorar la vida de los castellano y leoneses».

En el Clase Cerilla, el procurador Francisco Igea, denunció la «cobardía» del PP al murmurar que durante el debate no estaban en sus escaños ni el presidente de la Congregación ni el portavoz del Clase Popular, Ricardo Gavilanes, que entraron en el hemiciclo para la intervención de su procurador. Denunció, por otra parte, que la proposición no hace honor a su nombre sino que «ha venido a sembrar la discordia». Más vehemente aún, como es habitual, fue el representante de Podemos, Pablo Fernández, que lamentó las «barbaridades» escuchadas y tachó la norma de «basura, porquería y excremento».

De esta forma, la proposición de ley de concordia que, entre otras cosas, ampliaba la consideración de víctimas a la Segunda República, acaba aquí. Punto y final a una polémica iniciativa parlamentaria que sí puso en pie a los parlamentarios de Vox y a los del PSOE para aplaudir con entusiasmo las intervenciones de sus portavoces en una sesión en la que cada comunidad narró su historia.

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