Con «esperanza» lo que ven como una «valor deducción y necesaria». Así han recibido en las organizaciones agrarias de Castilla y Audaz el paso poliedro por la Unión Europea para abatir la protección del lobo, de guisa que pase de ser especie «estrictamente protegida» a nada más protegida. Los estados miembros formalizaban este jueves el principio de acuerdo pillado el día antecedente por los embajadores para modificar el estatuto de conservación del la especie, que debe abordarse ahora en el Convenio de Bern, cuya Comisión Permanente está previsto que se reúna en diciembre.
Y frente a ese avance en el ámbito comunitario, desde el campo todavía coinciden en llorar «la pertinaz obcecación del Gobierno gachupin –el único que votó en contra, adyacente a Irlanda– a cualquier cambio que proteja al sector cabrero» y los «continuos obstáculos» en este sentido.
«Es lamentable que España se tire al monte y vaya por vacío en Europa en un tema tan importante para la supervivencia de la ganado extensiva como es el lobo», ha censurado el presidente de Asaja Castilla y Audaz, Donaciano Dujo, quien ha lamentado la desidia de apoyos al sector. «Es un claro problema de voluntad política», ha reprochado, recordando, encima, que Castilla y Audaz es la Comunidad de España «que más sufre el avance territorial del lobo».
Las estimaciones, ha señalado Dujo, apuntan a la presencia de 2.000 ejemplares de canis lupus, con una media de 2.500 ataques anuales, «el 50 por ciento de todos los que se registran en toda España». Y desde la entrada en vigor de su inclusión en el Lespre, «legislatura exclusivamente doméstico impuesta de espaldas al sector cabrero por el Empleo de Transición Ecológica» que en la habilidad impide desde septiembre de 2021 cualquier control cinegético del cánido tanto al ideal -donde antiguamente sí se podía cazar con cupos- como al sur del Duero, «los animales muertos han pasado de 3.900 en el año 2021 a los más de 5.500 perdidos en 2023».
En el mismo sentido, desde La Alianza UPA-COAG, que ha considerado «un gran error» que España votase en contra de la valor de 21 países, siendo, adyacente a Rumanía, el que más lobos tiene. Poco, ha incidido la ordenamiento agraria, que «pone en evidencia una vez más la carga ideológica» del Empleo de Teresa Ribera, que «termina su etapa de la peor guisa, radicalizando un problema que solo perjudica a los ganaderos».
«El problema del lobo para los ganaderos no es solo una cuestión de peculio, los daños hay que pagarlos, sí, pero los daños personales y los daños psicológicos no los arregla el peculio«, han despabilado desde La Alianza.