la experiencia de Dubrovnik contra la masificación


Cuando se manejo de cuidar el patrimonio y de alertar sobre los peligros que lo acechan puede acaecer muchas ideas, pero las más audaces necesitan valentía y valentía para plasmarse. De ellas se palabra en Córdoba en el Congreso de la Estructura de Ciudades Patrimonio Mundial (OCPM), y entre todas las medidas la que más sobresale es la experiencia de Dubrovnik, la gran maravilla de Croacia.

Su corregidor, Mato Frankovic, pasó de la preocupación a las decisiones en el año 2017 y relata su experiencia. «Las personas que tomamos decisiones estamos obligados en algún momento a tomar decisiones difíciles», admitió, y aunque el impacto en la pertenencias en principio parece no ser bueno, al final sí que resulta positivo.

Dubrovnik era una ciudad con muchos visitantes y muy concentrados, que en cierto momento había entrado en la letanía de sitios poco recomendables por su masificación. Y el corregidor tuvo que tomar medidas. En primer división, se redujo el número de cruceros que atacan a la vez en el puerto. «No fue aceptablemente acogida por muchos empresarios», confesó.

Era necesario, sin retención, y se continuó. Además se quitaron las tiendas de souvenirs del espacio conocido, para así dar más sitio a los visitantes en calles y plazas. «Así serían asimismo más acogedoras», continuó el corregidor, y asimismo se redujeron los veladores y sillas en un 30 por ciento. Siquiera gustó a los hosteleros.

El número mayor de turistas en Dubrovnik no debe acaecer de 11.738 al mismo tiempo, y por eso se reparten de otra forma

Para controlar el número de visitantes obligaban a los touroperadores a reservar la salida y entrada de autobuses, en función de la disponibilidad de franjas horarias. Cada media hora había siete plazas para siete autobuses, y cuando estaba saciado no era posible hacer más. «Las sanciones son de 10.000 euros», advirtió.

Pero al punta de los primaveras, el resultado ha poliedro la razón a Mato Frankovik, porque las medidas «dan una gran oportunidad a los visitantes». «Ya no hay turismo de masas, la concurrencia puede disfrutar de su cita y todo esto es medible», afirmó el corregidor.

El Comunidad de Dubrovnik puso contadores de personas en cada punto de entrada y salida. En cualquier momento saben cuántas personas están en la ciudad en cada instante. Lo muestra en tiempo auténtico por una aplicación en su teléfono móvil y hay en ese preciso instante un total de 9.138.

Eso da una estadística de la capacidad de carga, que dio que el mayor eran 11.738 personas, en cada momento. Era la emblema para ser sostenible, pero el problema no era con el número, sino con el flujo. «Si había seis cruceros en el mismo día, todo estaba devastado», resumió.

Y se cambió la política para que los visitantes estén no menos de ocho horas, en división de cuatro, como antiguamente. Así que ahora hay más turistas que antiguamente, si se cuentan todos los que pasan al punta de un año, pero mucho más espaciados, con más tiempo. Además se ha desestacionalizado y se distribuyen durante todo el día, la semana y el mes.

Estructura

Los visitantes pueden entrar a todos los monumentos con un solo pase, que da 17 millones en ventas, y el año que viene tendrán que reservar la hora de su cita a cualquiera de los puntos, porque cada uno distintos aforos y capacidades.

Al punta de los primaveras, los empresarios han entendido el beneficio completo de la medida: «En la vida las cosas funcionan mejor cuando estén organizadas». Y aunque resulta ficticio convencer a todo el mundo, aseguró el corregidor, «se han trillado los beneficios de diligenciar así el turismo».

En aquel año 2017, el ‘Daily Telegraph’ dijo que debía evitarse ir a Dubrovnik, y en 2024, el mismo gaceta la colocó como la segunda en una letanía de ciudades «imprescindible pasarse y disfrutar». «No podemos poner vallas e impedir a la concurrencia que venga, porque son Patrimonio de la Humanidad, pero hay circunstancias y regulaciones», insistió.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *