Los agricultores españoles empezarán a enriquecer por el agua que utilicen de la megapresa de Alqueva, en Portugal. Así lo estipula un preacuerdo en materia de agua apurado entre los dos países que previsiblemente se firme durante el mes de octubre. El texto actualiza el Convenio de Albufeira, de 1998, y todavía afectará a los caudales ecológicos del río Tajo y del río Guadiana, según han anunciado este viernes la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera y su homóloga portuguesa, Maria Graça Carvalho.
El conflicto sobre el agua de Alqueva se remonta décadas. Por una parte, las denuncias de agricultores, gestores y ecologistas lusos han insistido en que España «roba» agua. Por su parte, Acoplamiento de Andalucía y agricultores españoles defienden su derecho de ataque al agua. Sin incautación, según ha respondido Ribera este viernes, había una «situación» que venía de un acuerdo histórico que requería de «cierta regularización». «Con independencia de que el agua pueda ser tomado en un sitio y aportado en otro, se requiere de un cuota al mantenimiento de unas infraestructuras. Y eso hemos querido reflejarlo en este trabajo«, ha insistido la ministra.
Sin incautación, ninguna de las dos ministras ha querido precisar cifras por el momento. Las estimaciones sobre lo que España deberá enriquecer anualmente por el uso de esta agua, en torno a dos millones de euros, son por ahora eso, estimaciones en almohadilla al precio que pagan los agricultores portugueses. Siquiera se harán cuentas ‘retrospectivas’ por usos pasados del agua, poco que sería prácticamente increíble de establecer de forma rigurosa, ha puntualizado Carvalho.
Para Portugal, adicionalmente, era importante establecer caudales ecológicos para el Tajo y el Guadiana. Los equipos técnicos ya han cerrado las cifras para el Tajo, que serán diarias, si proporcionadamente no han detallado cuáles serán, mientras que para el Guadiana los trabajos continúan.