Cada vez hay más cibercondríacos


Hace días que siento un dolor recurrente en el pecho. Mi persona va de un extremo al otro barajando posibilidades. Desde los gases hasta el infarto súbito pasando por una angina de pecho. Ni se me ocurre pedir consulta. Trasteo en el móvil entre páginas médicas, redes sociales y foros de personas que pueden tener los mismos síntomas. Rastreo bajando el cursor y me paro en poco que puede encajar en mi dolencia: una disección aórtica. Sí, pienso. Sin duda tengo una disección aórtica, esa solemne afección que consiste en la ruptura de la hormaza de una arteria principal…

“Voy al médico lo menos que puedo”

Quizá ese sea un caso extremo. O tal vez no tanto. Es lo que se conoce como “cibercondría”, es aseverar, la “hipercondría” de siempre pero facilitada y potenciada por Internet y las redes sociales. El 52% de los españoles buscamos un dictamen por Internet que dé respuesta a nuestros síntomas. Lo desvela el estudio sobre lozanía realizado por una aseguradora. Y lo constatan Rocío, Alberto o Sencillez, tres ciudadanos elegidos al azar que nos confirman que el móvil es su primera fuente de información sobre su lozanía.

“Mi doctora me dice que no mire mis dolores en internet”

“Busco en Google para ver qué me pasa y todo es un tumor. Poco tremendo, un drama”. Rocío reconoce que rara vez se lo cree, pero que aún así, sigue mirando. Más bonito es el caso de Alberto: “Al médico voy lo menos que puedo. Miro en Internet a ver qué tengo. Es que si voy al médico seguro que me encuentra poco”. Sencillez concluye que siempre que mira en la red (es aseverar, siempre) acaba con la conclusión de que tiene “poco malo”. Reconoce que “me provoca mucha ansiedad. Y la doctora me lo dice, que no mire en internet”, pero no puede evitarlo. Ya sea por una mancha, un dolor o un bulto.

[[H2:Los riesgos: no acudir al médico, automedicarse… y mucha ansiedad]]

Rafael Romero, psicólogo, advierte que esta habilidad es una fuente de ansiedad y estrés: “Buscamos el control, la certeza. En la vida se alcanza, pero mientras la buscas, te calma: yo estoy intranquilo porque tengo una manchita, voy a internet, me informo pero a los pocos días vuelve la intranquilidad”, todo un caracolillo. El Dr. Alvar Ocano asegura que estas visitas compulsivas a la red son peligrosas porque “o admisiblemente omitimos la consulta al diestro, o admisiblemente nos automedicamos”. Seguro que usted se ha agradecido en este reportaje. Pero no deje de venir a los que positivamente saben.

Nuevos datos de las fotos íntimas del Emérito.

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