¿De qué está hecha Valladolid? ¿de dónde vienen los materiales de construcción de sus edificios -los de ahora y los anteriores? Fue la premisa de la que partió Lara Almarcegui (Zaragoza, 1972) para concebir ‘Gravas Arenas’, un «arribista» tesina producido por el Patio Herreriano con el que el museo propone «una inspección alternativa a la concepción de la cimentación», ha aguzado Javier Hontoria durante su presentación. En la muestra, la cómico española residente en Rotterdam incide en su inspección crítica a las consecuencias de la construcción y la cantidad de material que toda influencia arquitectónica requiere.
Almarcegui ha contado que para desarrollarlo se reunió inicialmente en varias ocasiones con geólogos, urbanistas, canteros… Con ellos visitó zonas de ascendencia de balasto y arena de la provincia, una encaje de documentación de la que salió «impresionada», ya que se dio cuenta de que en los márgenes de los ríos Pisuerga y Duero «hubo una cantidad de graveras enorme»: «Según los inventarios del Instituto Geológico Minero, en la provincia en los abriles ochenta se tenían contabilizadas 118», ha detallado, citando entre ellas la ubicada en el Pinar del Hito, en la que se ha centrado en este tesina para conocer al «mayor detalle» el demarcación y «entender» todo acerca de él.
El resultado de su investigación se puede ver en la folleto ‘Descampado Pinar del Hito’, uno de los proyectos que ha concebido específicamente para el museo vallisoletano y que se suma a otras guías de zonas en transformación que se pueden ver en la sala 1 del mismo. En ella, la cómico narra la historia de estos terrenos y los planes que sucesivos gobiernos municipales diseñaron en torno a él, así como su condición de testificador del crecimiento de la ciudad rodeando. En rueda de prensa, Lara Almarcegui ha explicado que ve estos descampados «no» como «huecos de la ciudad, sino »lugares en si mismo«, con una naturaleza propia y que «permiten actividades que el resto de la ciudad no tiene. »La cimentación racionaliza, impone, controla… Cuando no la hay, existen otras posibilidades. Por eso, el descampado del Pinar del Hito es tan interesante«, ha reflexionado.
En la sala 1 se puede ver incluso la influencia realizada por Almarcegui en el mercado de Gros, en san Sebastián, ayer de ser demolido, así como varios de sus proyectos para calcular el peso de ciudades y edificios -la ciudad de Sao Paulo y el Pabellón de España en la Bienal de Venecia, entre ellos-, cuyos números se exhiben en listados dispuestos sobre las paredes. El objetivo, ha detallado, es recapacitar que «la cimentación tiene una materialidad». «Conmemoración que cuando era estudiante, en los abriles 90, se hablaba de que la cimentación era luz, era éter… Me parecía un gran error, una superficialidad», ha aguzado recordando que el material que se utiliza en la construcción está hecho a partir de minerales generados hace dos millones de abriles «que de ningún modo se vuelven a recuperar».
Esa inspección crítica al impacto de la cimentación y del urbanística en una ciudad, en este caso en Valladolid, incluso se desprende del trabajo realizado en la capilla del museo, ‘Caliza’, en la que Lara Almarcegui se refiere al origen geológico de la cimentación. La instalación es el resultado de otra maña muy habitual en ella, ha contado: frenar el ritmo de producción de una cantera. Como resultado de este ‘parón’ obtiene un conjunto de grandes bloques de piedra caliza que en este caso proceden de Campaspero y que han sido «fundamentales en la construcción de la ciudad», ya que ha recordado que el propio museo está realizado a partir de ella. «Se prostitución de dar protagonismo al material», ha reflexionado.
En la sala contigua, la 9, el visitante puede ver otro de los resultados de esa maña en un vídeo que documenta otra influencia nuevo de la cómico en la que paralizó un día de producción una gravera en La Planta del Corb, en Lérida. Completa la muestra una selección realizada en la sala 2 de los proyectos realizados por Almarcegui para la trámite y negociación de contratos de derechos minerales, en los que autoridades mineras dieron permiso a la cómico para explorar yacimientos de hierro. Según ha detallado, el fin de conseguir estos derechos no es otro que el de asediar la ascendencia y así poder reflexionar lo que se encuentra bajo nuestros pies.