«Málaga y Almería están francamente mal»


Las precipitaciones que se dejaron notar durante la segunda fracción de la semana, tras decenas de días áridos, no han sido suficientes para alejar el espectro de la restricción en el suministro de agua en Andalucía. Ileso casos concretos como los 18,5 litros por metropolitano cuadrado registrados el viernes en la periodo de Grazalema (Cádiz), o los 8,6 cuantificados en la de Valverde del Camino (Huelva), un día ayer, las precipitaciones que han regado Andalucía no han ejercido un gran cambio sobre los embalses.

El propio guía de Agricultura, Pesca, Agua y Explicación Rural, Ramón Fernández-Pacheco, no ha ocultado que los pantanos ya han caído por debajo de «la barrera psicológica del 30 por ciento». Lo hizo durante una entrevista en la Prisión Ser realizada ayer en la que abrió la puerta a restricciones en el grosor de litros autorizados según el municipio.

No es una audacia ya tomada, pero sí una parecer que marcará la reunión de los comités de sequía, que se convocarán previsiblemente «a primeros de octubre», siempre según Fernández Pacheco.

Que las provincias de Málaga y Almería puedan ser las primeras en adoptar esas potenciales restricciones no es ausencia descabellado. «Están francamente mal» y «la situación es muy preocupante», recalcó el guía, si perfectamente las medidas han de dedidirlas cada uno de los comités, en los que insólito de la representación institucional de la Articulación confluyen «otros actores con mucho que afirmar».

Recortaduras más livianos

El exportavoz de la Articulación quiso sin retención pulsar a la calma, abundando en que las restricciones que están sobre la mesa recortarían «poco» las cantidades autorizadas en vigor «por natural y día».

La explicación es sencilla: si se ha rematado salir de un verano que por definición cuenta con unas temperaturas más elevadas —y por extensión, unos niveles superiores de evaporación— que los del otoño, los ajustes que estén por aplicarse no serán drásticos. Además por la propia exigencia de consumo, «suficiente pequeño en los meses que están por venir», en los que el peso de la actividad turística se reduce, una cuestión que «marca mucho la pauta del consumo de agua a lo espacioso de los meses de julio y agosto principalmente», según Fernández-Pacheco.

Eso sí, las dos bazas principales de la Articulación en ese sentido son las obras hidráulicas, bajo un calendario que fija conclusiones de proyectos a corto o medio plazo y, fundamentalmente, la colaboración ciudadana para no despilfarrar el preciado saldo.

«Nos garantizaremos que, si no llueve y en tanto finalicen las infraestructuras hidráulicas, podamos seguir no sólo con la actividad productiva, sino con la vida corriente de los ciudadanos», aseguró adentro de la hoja de ruta de la Articulación de Andalucía.

Sin retención, hasta alcanzar a ese punto caben pocas dudas de que habrá que retornar a producirse por el peaje del canilla constreñido —o cerrado— en determinados puntos de una Andalucía sobre la que las nubes parecen solo querer producirse de espacioso.

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