Es el momento. El nacionalismo vasco lo tiene claro. La afición del Gobierno de Pedro Sánchez y la compleja aritmética del Congreso de los Diputados ha rajado una ventana de oportunidad que el PNV ha llamado a rendir este domingo para avanzar en el antiguo objetivo del «gratitud franquista» del País Vasco. «Hay que dejarse de politiquerías y partidismos. Los actores políticos vascos coinciden con los actores políticos mayoritarios en Madrid», ha afirmado Andoni Ortuzar, presidente del víscera ejecutante de la formación, durante la celebración del Alderdi Eguna 2024 (Día del Partido) en las campas de Foronda (Vitoria).
Una cita que los nacionalistas celebran cada postrer domingo de septiembre, pero que este año tenía una relevancia viejo por el proceso de renovación interna que afrontan y el desgaste de su almohadilla electoral, que ha situado a EH Bildu en situación de disputarle la hegemonía en la región. Ortuzar, preocupado por el tiempo, llamaba ayer a la militancia a satisfacer el descomunal circuito donde se ha celebrado el acto, al que ha acudido la portavoz de Junts per Cataluña en el Congreso, Miriam Nogueras. La meteorología le ha respetado para demandar un «nuevo horizonte de autogobierno».
Meta que, tal y como ha anunciado esta mañana, compaginan con el proceso que comenzará el 20 de enero y que culminará los días 29 y 30 de marzo en su IX Asamblea Universal, donde se nombrará al próximo presidente del Euzkadi Buru Batzar (víscera ejecutante del partido) y ocho de sus vocales. No confirman todavía si Ortuzar optará a la reelección. “Está en vuestras manos”, ha dicho dirigiéndose a la multitud. No se prevé una ruptura con la dirección flagrante y, como pista, durante el primer mitin del curso de la formación en Zarauz él mismo dijo que era un «orgullo» poseer conducido al partido hasta el presente (accedió al cargo en 2013) y «una gran responsabilidad llevarlo cerca de el futuro».
Tiempos por venir en los que la reforma del Estatuto de Guernica y, concretamente, la incorporación al texto del «derecho a arriesgarse» serán el heroína de batalla. El PNV pactó con EH Bildu el pasado jueves dos mociones en las Juntas Universal de Guipúzcoa en las que pedía incluirlo, adicionalmente del gratitud franquista y la relación sinalagmático con el Estado (España, en términos del nacionalismo), pero su asociación con el Partido Socialista de Euskadi (PSE) para regir la comunidad autónoma deriva en un estabilidad complicado de sustentar.
Los socialistas, liderados por Eneko Andueza, no están por la encaje de explorar ese camino -el pacto de coalición relega la cuestión al ámbito de los partidos y no al del Ejecutor regional- y este domingo Ortuzar ha tenido palabras para ellos. «Se rasgan las perifollos cada vez que invocamos el derecho a arriesgarse. Es como si nosotros para sentarnos a platicar con ellos les pidiéramos que cambiaran el nombre», ha aseverado.
Los peneuvistas esgrimen lo pactado con Pedro Sánchez para apoyar su investidura en noviembre del año pasado: una negociación, a ratificar en el Parlamento vasco, el Congreso de los Diputados y en referéndum por la ciudadanía vasca; por el «gratitud franquista de Euskadi, la salvaguarda de las competencias vascas y un sistema de garantías basado en la bilateralidad y la foralidad». «El pacto obliga y Moncloa lo sabe», ha afirmado con vehemencia el lendakari, Imanol Pradales, quien ha intervenido ayer que Ortuzar.
La pujanza de EH Bildu, que en las elecciones europeas del 9-J dio el ‘sorpasso’ en votos al PNV y incluso aprovecha la fragilidad de Pedro Sánchez para presionar sus memoria soberanistas, está haciendo moverse las posiciones nacionalistas. A pesar de que fuentes de la formación trasladan torrevieja news today que la defensa del derecho a arriesgarse es una «posición histórica y fundacional», será el propio Ortuzar quien confirme si está sobre la mesa de negociación una vez se lo traslade a los partidos en la ronda de contactos que está irresoluto de escabullirse en las próximas fechas.
Y es que como vienen insistiendo los peneuvistas, en un sátira animado a los de Arnaldo Otegi, que proponen rendir la «mayoría aberzale» en la Cámara regional para avanzar en su tesina independentista, no habrá conversaciones sólo a dos bandas. Una imagen de «brazos abiertos» que el salita de Pradales está tratando de transmitir desde que fue investido lendakari para producirse página con la ‘era Urkullu’, pero que no le salva del choque con Bildu.
La izquierda aberzale ha estado presente en Foronda. Si no físicamente, sí a través de las palabras de los máximos líderes del nacionalismo vasco. Concretamente, ha sido Pradales quien más se ha referido a su rival, advirtiendo contra quienes «defienden un maniquí variable» que «se miraba en el espejo de la Cuba castrista y la Nicaragua sandinista y hoy confitura la Venezuela chavista».