El asesinato de Edwin Arrieta en Tailandia a principios de agosto, presuntamente a manos de Daniel Sancho, se localiza en una vía que mantiene sumida la tragedia. De acuerdo con la Policía, el joven de 29 años confesó que mató al cirujano en una pelea y luego lo desmembró porque, según él, tenía miedo de sus supuestas amenazas. Desde entonces, su versión ha tenido múltiples adversarios.
En paralelo, el caso sigue su curso aunque ahora, dos meses después de uno de los crímenes más sonados de los últimos años, se ha abierto una vía secundaria que, para muchos, podría dar flexibilidad a la rigidez inicial del caso. El programa de sonsoles nega, Y ahora Sonsoles (Antena 3), introdujo un nuevo elemento en la ecuación. La revista entrevistó exclusivamente a un hombre llamado Luis quien afirmó haber sido víctima de Arrieta hace 18 años.
Su testimonio revolvió el caso hasta el punto de coincidir con lo que Daniel Sancho había declarado a la Policía tailandesa cuando fue detenido: que Edwig le acosaba, que había amenazado a su familia y que le había obligado a difundir un vídeo sexual suyo. . Su última conclusión fue reveladora para la defensa de Sancho. “Yo podría haber sido Daniel Sancho”, advirtió.
Luis denunció al cirujano, denunció, por acoso y agresiones físicas. Según el testimonio recogido por el programa de Antena 3, los hechos se remontan al año 2005, cuando Luis, según señaló, presentó una denuncia contra el cirujano colombiano, ya que según afirmó tendría una obsesión con él. Denunció que ella lo había golpeado justo en la puerta de su casa. Mostró interés en mí desde el primer día.
Lo conocí en un bar. Se acercó a ofrecerme una copa y le dije que no. Empiezo a asustarme cuando exagera en las llamadas. Cuando él no entiende lo que es un no, yo realmente no quería ser su amiga, ni quería tener nada que ver con él, confesó en la entrevista. Incluso afirmó que el cirujano lo habría llamado 143 veces en un día.
Me chantajeó hablando con mi familia, que me iban a pasar cosas, que me iba a mandar a la gente, que tenía gente siguiéndome, indicó. En mi mano tengo una cicatriz de un mordisco que me dio en uno de sus ataques. Me sentí identificado con Daniel cuando vi la noticia. O él me habría matado o yo lo habría matado, zanj. Según sus propias palabras, podría haber sido Daniel Sancho.
“Yo podría haber sido Daniel Sancho”, advirtió sobre el acoso
Según él, el cirujano tenía una obsesión por estar con él. A lo largo de la entrevista abundó sobre el presunto acoso que sufrió y detalló que incluso se vio obligado a renunciar a su trabajo por amenazas. Según él, tenía miedo de cumplir su ultimátum de presentarse en su oficina para armar un escándalo.
Desde el primer día mostró interés sentimental por mí y ha hecho todo lo posible por estar conmigo, indicó. “Tuvo que cambiar mi número de teléfono y mi casa”, dijo. El denunciante presentó un parte de lesiones junto con la denuncia e incluso el caso llegó a los tribunales. El joven dijo que se sentía identificado con Daniel Sancho.
Desde su detención, Daniel Sancho siempre ha sostenido que el cirujano le tenía bajo presiones y amenazas como, por ejemplo, hacer público un vídeo íntimo del joven o dañar a miembros muy cercanos a su familia. Según el informe de la policía tailandesa, Daniel Sancho lanzó un primer puñetazo a Arrieta cuando intentaba obligarle a tener relaciones sexuales. Tras recuperarse del golpe, continuó el expediente, el cirujano le mordió, Sancho le empujó y Arrieta se golpeó mortalmente la cabeza contra un lavabo. También plasma el documento en el que el joven quería poner fin a la relación entre ambos.
La noticia de que el cirujano colombiano había sido encontrado muerto y desmembrado llegó el 5 de agosto. Dos días después de ocurrido el crimen. Sancho había llegado Koh Phangan, una de las islas paradisíacas del sur de Tailandia, días antes desde España. El 3 de agosto la familia del cirujano comienza a preocuparse por la falta de noticias suyas, ya que Arrieta suele hablar con sus padres tres o cuatro veces al día. Su hermana queridaal no poder contactar con él a través de Instagram, conecta con Daniel Sancho cuando ve que aparece en su cuentos y le pide que informe. El joven se dirige a la comisaría. Los cortes y rasguños que tiene llaman la atención de los agentes. Paralelamente, un recolector de basura descubre restos humanos en un vertedero. Él inicia la investigación.
La Policía cerrará su investigación el 27 de octubre
Al día siguiente, durante una nueva búsqueda en el mismo vertedero, los investigadores encuentran más restos humanos. El joven confiesa haber asesinado y desmembrado al cirujano plástico Edwin Arrieta. La Policía encuentra en el mar el kayak con el que supuestamente Daniel Sancho se deshizo de parte de los restos de Edwin Arrieta. Hasta el momento no han aparecido.
El 6 de agosto la Policía reconstruye el crimen. Los agentes llevan a Sancho a diferentes puntos de la isla, incluido el Playa de Haad Rin, donde estuvo con Arrieta poco antes de su desaparición. Lo acompañan defensores públicos.
El 7 de agosto ingresó en prisión provisional en el Isla de Koh Samui y la Policía anunció oficialmente que tenía pruebas suficientes para acusarlo de asesinato premeditado, delito castigado con la muerte si es declarado culpable.
La semana siguiente, la Policía tailandesa encontró amenazas de muerte de su víctima en el móvil de Daniel Sancho. Estos mensajes revelan, según la investigación, que Arrieta advirtió a Sancho que haría públicas fotos comprometedoras si rompía la relación.
El 15 de agosto, la policía cerró la investigación -luego se retractó- y ofreció una rueda de prensa muy publicitada, en la que destacó que la muerte de Arrieta no fue accidental, sino más bien un asesinato premeditado. Este encuentro con periodistas está encabezado por el jefe de la policía tailandesa, Gran bromaque ahora está siendo investigado por un presunto soborno del que, por el momento, no han trascendido más detalles.
Los agentes afirman que Daniel Sancho apuñaló al cirujano en el pecho. Sin embargo, este punto -pese a la vehemencia con la que fue explicado- no consta en el atestado policial.
Los investigadores, según lo previsto, presentarán su informe al fiscal el próximo 27 de octubre y luego el juez fijará el juicio en un máximo de nueve meses.