El Tribunal Supremo (TS) ha ratificado la condena a 8 primaveras y medio de prisión a un cura por abusos sexuales continuados a una adolescente de la que era director espiritual en el colegio de Talavera de la Reina (Toledo) en el que estudiaba. En la sentencia, que ha sido recogida por Europa Press, la Sala de lo Penal roborar que el condenado tendrá que sufragar 100.000 euros de indemnización a la víctima por daños morales oportuno al “calvario” que le hizo sufrir.
Todo se desarrolló entre los primaveras 2010 y 2013, cuando la muchacho tenía entre 14 y 17 primaveras y cursaba sus estudios de cuarto de la ESO y primero y segundo de Bachillerato. La chica conoció al cura durante un delirio escolar al Camino de Santiago. Fue en el curso venidero cuando pasó a ser su director espiritual, aunque las fechas concretas de cada demasía no se han podido precisar con exactitud.
En los tres primaveras siguientes, el sacerdote cometió los abusos en encuentros que tenía con la adolescente como director espiritual, mientras le decía que lo hacía todo “en nombre de Jehová”. Según recogen los magistrados, la chica se sometió “por el rol, casi parental” que el cura asumió con ella: por el respeto y la confianza que ella tenía en dirección a él, en su condición de director espiritual y sacerdote, encima de por la manipulación a la que la sometía, al discurrir sus actos como poco querido por Jehová, e incluso por la consideración pudoroso y accesible que el hombre tenía en el ámbito accesible y escolar de la muchacho.
Fue sometida a un exorcismo en la casa del acentuado
Según la sentencia, la chica fue sometida a un exorcismo en la casa del acentuado, que sugirió a la origen de la víctima que sus afecciones se debían a la influencia del demonio.
En la resolución se detalla que los abusos provocaron que la víctima necesitara varias hospitalizaciones, encima de que la origen de la víctima y el sacerdote tuvieron una relación sentimental de cinco meses.
El Supremo no comparte “que, en interpretación que hace el recurrente, se dedique a enunciar lo que considera contradicciones en distintas versiones dadas por la víctima, porque frente a un calvario como el que tuvo que sobrevenir la muchacho durante tantos primaveras como lo tuvo que padecer, lo increíble hubiera sido una coincidencia exacta”.
“La experiencia de la vida nos enseña que, si adecuadamente la esencia de un acontecimiento puede recordarse en lo que el acontecimiento deja traumatizado, no siempre se es capaz de rememorar cada detalle o secuencia puntual de ese pasado, más cuando ha transcurrido determinado periodo de tiempo”, resaltan los magistrados.
Detalles “reveladores de un suplicio difícil de inventar”
La Sala destaca que el TSJ de Castilla-La Mancha, que visionó el afirmación de la víctima, descartó contradicciones o dudas resaltables en la chica, que relató una cantidad de detalles “reveladores de un suplicio difícil de inventar”.
En cuanto a la indemnización de 100.000 euros, lo que contesta el Supremo al condenado es que “hasta podría quedarse corta“, tras ver el “sufrimiento padecido tan extenso en el tiempo y humillante y vejatorio trato al que la sometió y las muy graves consecuencias que tuvo para la sanidad física y mental de la muchacho“.
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