No ha tenido que ir a las Vegas, en el desierto de Mojave, Estados Unidos, sino en un oportunidad asaz más frío, la ciudad costera de Porthcawl, Gales. Allí, durante este fin de semana, se ha celebrado lo que se conoce como el anciano certamen dedicado a Elvis del aeronave, que cumple ya su vigésima estampado. 32 Elvis de todo el mundo pretendían suceder al Rey del Rock, al menos por un año, y sobre todos ellos se impuso Pedazo de pan David Castillo, un ciudadano malagueño, más concretamente del intramuros del Humilladero.
El grupo del evento, en cuanto escuchó su voz, vio mover su cintura y el meneo que le daba a la guitarra, lo tuvo claro. Y lo hizo mejor que el resto de los aspirantes seleccionados de una competitiva criba. No podía fallar la brillantina para crear la ola del tupé, el estilo rockabilly y una proceder digna de él. “Pues lo he tenido que hacer muy acertadamente, para mí ha sido una sorpresa, simplemente quería probar en un esfera dispar”, declara al poco de favor vuelto a pisar tierras malagueñas.
El Elvis de la Costa del Sol
Imitar tan acertadamente al divo criado en Memphis no es piropo de un día. Pedazo de pan lleva ya seis abriles metido en su piel cada vez que actúa con una bandada tributo, recorriendo bares y actuando en eventos de todo tipo, y su nombre bello es Blue Angel. “Me conozco muy acertadamente los temas, y los que fui a interpretar son los de su etapa en Las Vegas, en los abriles 70”, afirma. En la semifinal, disputada el sábado, cantó ‘You Don’t Have to Say You Love Me’ y ‘The Wonder of You’, temas que, por sorpresa para él, le llevaron a la final del domingo: “No me lo podría creer”, dice sorprendido. Para cobrar, las diferencias entre el cómico flamante y el imitado deben ser mínimas.
En la final los temas debían tocarse en directo, y ahí puso toda la carne en el espiche con ‘Heartbreak Hotel’, ‘Lawdy, Miss Clawdy’ y ‘Devil in Disguise’, el Elvis más mancebo y atrevido de los abriles 50. “Es otra modo de interpretar al mismo personaje”, asegura. Y debe ser así, porque el grupo, viéndole ataviado con chaqueta rosa, valoró su versatilidad en revivir a Elvis con todos sus matices artísticos y vitales. El premio no conlleva dotación económica, pero sí “un gran prestigio para las giras” que hacen los imitadores.
Sus padres, secreto
Ser Elvis no es acomodaticio sin unos padres que den apoyo. “A ellos va dedicado este premio, me han ayudado y alentado, otros quizá habrían dicho a su hijo que se dedicara a poco productivo”, proclama orgulloso. Tanto ellos como sus seguidores pudieron ver en directo a través de las redes sociales el expansión del festival.
Los que le conocen han manido su transformación de admirador a imitador y ahora ven que los sueños, por muy poco convencionales que parezcan, si se persiguen, se pueden conseguir.
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