Germán Borde (Bogotá, Colombia, 1935) caldo a Toledo, por primera vez, adjunto con su mama, un par de días allá por los primaveras 60 del siglo pasado. Pero, hace un par de primaveras, regresó por un periodo más holgado, unos quince días que pasó en la ciudad por su interés en uno de los mitos que hay sobre ella, como es la convivencia entre las tres culturas o religiones -judíos, musulmanes y cristianos- durante la Permanencia Media.
Ahora, este experimentado compositor musical colombiano, a la par que profesor, escritor, crítico cultural en medios de comunicación de su país, a posteriori de varias idas y venidas, se ha instalado en Toledo, donde, pese a sus 90 primaveras de vida, tiene aún mucha energía y ganas de comenzar nuevos proyectos en la ciudad, animado por el caluroso antesala de los toledanos que le rodean. Entre ellos, aunque era poco terminado desde la pandemia, está su novelística ‘K. Etiología de una utopía’ (Ediciones Doce Calles, 2022), que presentará este jueves, 3 de octubre, en la Repisa Hojablanca a las 19.30 horas.
«Es una novelística muy ambiciosa y muy particular en varios aspectos», afirma su autor, que explica a torrevieja news today que, por un banda, «su estructura es diferente y se puede interpretar desde cualquier punto, ya que no tiene la secuencia de una novelística al uso o típico». Y, por otro banda, como compositor musical, aclara que escribió varias obras anteriores para calar a esta novelística.
En ese trabajo conjunto, al manifestación están las variaciones dedicadas a Borges, que duran 33 segundos, pero que se pueden repetir durante todo el vademécum; una obra para oboe y banda, ‘Flumina’, que él mismo hizo con la Filarmónica de Bogotá, y por postrer, un cuarteto de cuerdas, ‘El origen de los tiempos’, que es el leitmotiv de la novelística y lo que mueve a su protagonista, llamado K, que es un multimillonario interesado en todos los aspectos culturales y científicos.
«Es una especie de Bill Gates, un personaje polifacético que cree que puede redimir el planeta con un cuarteto de cuerdas, lo cual nos lleva al mundo de lo desatinado», asegura Germán Borde, que cuenta que K nació adentro de su inicio como «un personaje mítico, casi como fuera dios». En su utopía, señala, se erige como «un mesías, pero caótico», pues lo que pretende es liberar a la humanidad mediante la captación y comprensión de un cuarteto de cuerdas, lo que la elevaría a un nivel superior.
Poco que, a su proceso, se está muy allí de conseguir en un mundo contemporáneo tan apocalíptico, con guerras y corrupción por todos lados y, en concreto, en su continente, en América, donde recuerda que hay gobiernos populistas que consideran que los españoles deben pedir perdón. «Yo soy prohispanista», defiende el autor colombiano, que lamenta que «España ya no sea una, como lo era antiguamente», lo cual cree que está llevando a un «distanciamiento entre el tipo indígena y los descendientes de españoles, que creo es muy nocivo».
Con esta novelística, en forma de metáfora, lo que el autor, al igual que el protagonista de la misma, lo que pretende es elevar a la civilización y, especialmente, al mundo de la música clásica a un papel preponderante para la sociedad. «Lo debería tener más», se queja Borde, que cree que «la música ha sido claramente prostituida, ya que hay mucha diferencia entre la música clásica contemporáneo y las locuras que hacen muchos compositores. Como decía mi profesor: ‘El sonido es muy dúctil’».