Una investigación a expertos en clima revela que la mayoría cree que la Tierra se encamina a un aumento de temperaturas mucho anciano que los fijados en los objetivos climáticos, hasta 2,7 grados Celsius. El estudio fue publicado en “Communications Earth & Environment”. Además muestra que dos tercios de los encuestados, todos ellos autores del Agrupación Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), creen que podemos conquistar emisiones netas de CO2 cero durante la segunda parte de este siglo.
Esto indica cierto optimismo de que los esfuerzos de mitigación pueden estar comenzando a inclinar la curva de emisiones alrededor de lo que se necesitaría para alcanzar el objetivo de temperatura de París. Una mayoría además reconoció el potencial de aniquilación de CO2 atmosférico, con una respuesta mediana que indica la creencia de que la tecnología podría eliminar hasta cinco gigatoneladas de dióxido de carbono (GtCO2) al año para 2050. Eso está en el extremo inferior del rango que se cree que es necesario para cumplir con los objetivos de París.
“Queríamos encuestar a algunos de los principales expertos en clima del mundo para obtener información sobre sus percepciones de los distintos resultados climáticos futuros”, dice en un comunicado el autor principal del artículo, Seth Wynes, ex investigador postdoctoral en Concordia, ahora profesor adjunto en la Universidad de Waterloo.
“Estos científicos además participan en importantes comunicaciones sobre el cambio climático, por lo que su optimismo o pesimismo puede afectar la forma en que los responsables de la toma de decisiones reciben los mensajes sobre el cambio climático”.
Consecuencias catastróficas
Los 211 encuestados se mostraron en universal pesimistas sobre la consecución de los objetivos de París dadas las políticas actuales, y el 86% estimó que el calentamiento superaría los 2 °C para 2100. La estimación mediana fue de 2,7 °C, lo que se paciencia que tenga consecuencias catastróficas para el planeta.
El coautor Damon Matthews, profesor del Sección de Geodesía, Planificación y Medio Esfera, señala que esto no significa que el nivel de calentamiento sea inapelable. “Estas respuestas no son una predicción del calentamiento futuro, sino más adecuadamente un indicador de lo que cree la comunidad científica. Las respuestas son sorprendentemente consistentes con estimaciones anteriores de lo que sucedería si nuestras políticas climáticas actuales continuaran sin ningún aumento de la codicia, que oscilan entre 2,5 y 3 °C”.
Adjunto con las preguntas sobre la probabilidad de resultados climáticos futuros, además se pidió a los encuestados que estimaran las respuestas de sus compañeros a las mismas preguntas. “Hubo una resistente correlación entre lo que la muchedumbre cree y lo que perciben que creen sus compañeros”, dice Wynes. “Tenían un sesgo a ver sus creencias como representativas del congregación más alto. Esto puede indicar un exceso de confianza en sus propias creencias, por lo que creemos que esta es una buena oportunidad para que reevalúen lo que sus compañeros positivamente creen”, explicó el profesor.
Matthews, autor del IPCC, admite que las opiniones de los científicos sobre los posibles escenarios climáticos son valiosas, pero son necesarias otras perspectivas con el cambio climático si esperamos frenarlo. “Los científicos del clima tienen experiencia en sistemas climáticos y transiciones energéticas, pero serán la implementación de políticas y el cambio social los que positivamente determinen la velocidad con la que se reducirán las emisiones”, afirmó Matthews.