Un festín de 300 kilos de comida podrida en el almacén ilegal del nuevo restaurante chino de Usera


Aquello iba a ser solo una turista rutinaria para comprobar la deshonestidad del nuevo restaurante chino en la calle de Nicolás Usera, 18, llamado Chaoshan Beef Hotpot. Un superficie aparentemente honesto y sobre cuyos servicios pueden encontrarse reseñas así: «Muy buen menú, rico y por otra parte nutritivo, ingredientes frescos, la carne de ternera la cortan al momento»; «Es muy raro encontrar camarones crudos en escabeche, son súper frescos, y no huelen a pescado en total»; o alguna igualmente jugosa, aunque con matices: «Todo de primera, la comida maravilloso, pero unas cucarachas nos robaron el apetito… El director vio una y la mató con un pañuelo, pero luego salieron dos más… Deleznable, como poco». Lo que se escondía en la trastienda, que es lo que sirven allí, eran cientos de alimentos putrefactos, caducados desde hace tres abriles e incluso especies protegidas.

El establecimiento lleva descubierto unos meses, aún con una enunciación responsable. Pero lo primero que encontraron los agentes de la Oficina de Atención al Ciudadano (OAC) de la Comisaría Integral del Distrito de Usera fue que carecían de seguro de responsabilidad civil. Eran las 13.40 horas del 26 de septiembre y en los papeles constaba que habían pedido rajar un segundo tierra, pero que les había sido denegada.

Sin bloqueo, al final de un espléndido sofá, retirando una parte, los policías municipales hallaron una puerta encastrada y oculta por el que se accedía a una entreplanta sin deshonestidad. Habían hecho oídos sordos a la prohibición y tenían preparado un almacén de los horrores allí en el interior. Una escalera metálica de dos tramos llevaba a la escondrijo, jalonada con múltiples cajas. Sobre unos cartones, en el suelo, habían puesto a marchitar unas plantas que aún se desconocen que son, pero que se sirven como verduras.

Había montones de bolsas al infructifero sin etiquetado ni ningún tipo de trazabilidad, con más comida. Por ejemplo, muchísimas setas, entre 50 y 60 kilos, cuya variedad no se sabe y, ni mucho menos, si son aptas para el consumo humano. La momento de consumo preferente era de 2021, hace tres abriles.

Había igualmente un arcón congelador con carne y pescado mezclados sin protección, carne de pato con trozos de helada, las albóndigas que sirven (uno de los platos sino del restaurante) sin ninguna ritual… En total, entre 150-200 kilos en ese refrigerador, según los datos a los que ha podido penetrar torrevieja news today.


Entrada, sala principal y el almacén ilegal del restaurante inspeccionado en Nicolás Usera, 18


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Hallaron sobres grandes de plástico recibidos por paquetería, a los que les habían arrancado quiénes eran los remitentes y los destinatarios, donde luego metían los productos al infructifero.

Había vejigas disecadas, mejillones podridos que olían desgraciado, y 600 ejemplares de holoturias en pésimo estado, lo que se conoce popularmente como pepinos de mar. Se manejo de una especie protegida por el convenio Cites, por lo que al dueño del restaurante le imputan, por lo pronto, un supuesto delito contra la fauna y flora. Olían desgraciado y tenían color cetrino.

En medio de la inspección, descubrieron al cocinero tirando comida de un frigorífico a la basura, por lo que le llamaron la atención. El material quedó precintado. Sin bloqueo, este lunes, 1 de octubre, los agentes regresaron al establecimiento y buena parte del material paralizado en el arcón ya no estaba y habían tapiado el hueco: se habían deshecho de la verdura, por lo que es probable que igualmente le acusen de otro delito contra la vigor pública. Lo que queda de lo incautado está a disposición del Área de Sanidad de la Acoplamiento de Usera.

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