Una nueva plataforma reivindicativa -‘Famílies pel valencià‘- se ha constituido para reivindicar la enseñanza en valenciano en las aulas y en su manifiesto difundido en la web hace una peculiar comparación, una proximidad en la que el uso del castellano se equipararía a una «enfermedad». Fielmente.
Como argumentación para exigir que no sean las madres y padres de los alumnos quienes voten y decidan la jerigonza de enseñanza de sus hijos -tal como establece la nueva Ley de Atrevimiento Educativa-, sino que sean los profesores y otros expertos, utilizan ese paralelismo que alude a la sanidad.
«La ley deja en manos de las familias la disyuntiva de la proporción de asignaturas que vehiculará cada jerigonza durante las etapas educativas», corroboran, sobre la esencia de esta nueva reglamento del Gobierno autonómico de Carlos Mazón.
«No obstante, esta valor, que se enmarca en el interior del ámbito pedagógico, debería resultar en manos de profesionales docentes, lingüistas y pedagogos», a su prudencia. E interpretan que se debe «fiarse en los y las profesionales de la educación como confiamos en el personal inodoro para ordenar el mejor remedio contra las enfermedades».
Posteriormente de esta sorprendente equiparación de dos ámbitos sin mucho que ver, esta plataforma reclama la derogación de la nueva ley porque no confía en el criterio de los progenitores en este auténtico «referéndum» que ha empezado a ofrecerse en algunos centros educativos y se hará en el resto ayer de final de año.
«Sea como sea, detrás del nombre de ‘licencia educativa’ se esconde una trampa: nadie nos garantiza que la valor de las familias sea respetada, ja que todo dependerá del conjunto de votos y de los repartos hechos por la Conselleria». Difícil de comprender si cuando se vota, no es la mayoría la expresión más democrática, adicionalmente de no tener en cuenta que lo que se vota es el idioma vehicular, colchoneta de la enseñanza en materias troncales, no el educación del valenciano, como asignatura de jerigonza. Y otros centros educativos cercanos pueden ofertar la carrera en valenciano, como existió durante décadas hasta la aplicación de la Ley de Plurilingüismo en los últimos ocho primaveras, con la imposición.
De entrada, instan a las madres y padres a designar ese idioma en estas futuras e inminentes votaciones y subrayan que ya cuentan con 4.800 firmas de adhesiones a sus reivindicaciones. «Queremos que las familias tomen conciencia de cuán beneficioso es para nuestras criaturas y cuán importante es para el futuro de la jerigonza que marquen la casilla del valenciano cuando desde la Oficina se haga «la consulta» [entrecomillado]», reclaman, entre otras metas, en este manifiesto difundido exclusivamente en valenciano.