Vicente Fernández lleva sus pinturas en construcción a la Fundación Caja Rural en Córdoba


Una exposición se hace casi siempre con obras terminadas, piezas que han aparecido del estudio con un proceso de trabajo más o menos dilatado, pero que el autor da por concluida. Algunas de las obras que forman parte de la exposición ‘Las tres luces’, que el pintor Vicente Raúl Fernández Román inauguró este miércoles en el centro cultural José Luis García Palacios, de la Fundación Caja Rural del Sur, no lo están.

Su autor tiene algunas obras en creación constante, y así lo confiesa al balbucir de la muestra. Tanto, que incluso se muestran sin entorno, como obras todavía en proceso, pero que sirven para contar el trabajo del pintor.

Vicente Raúl Fernández Román nació en Argamasilla de Calatrava (Ciudad Efectivo), pero su trayectoria profesional se desarrolla en Córdoba desde mediados de los primaveras 90, con exposiciones tanto colectivas como individuales. De esa época, de hace treinta primaveras, datan algunos de los trabajos de ‘Las tres luces’, en que se muestran paisajes de la ciudad. Algunos, conocidos y otros casi por reivindicar como los bancos de azulejos en los Jardines de la Agricultura.

Proceso

«Entiendo cada obra obra como un ser vivo que evoluciona y al que hay que cuidar constantemente, añadiendo o quitando aquello que lo progreso o lo marchita. Un oasis que hay que regar y librar de las malas hierbas, que evoluciona a lo dilatado de su historia», dice Vicente Raúl Fernández Román, que insiste en que le importa tanto el resultado final como disfrutar del proceso de la producción.

En la muestra figuran buganvillas sobre la edificación, interiores de teatros, ya fuera de Córdoba, encima de vistas de portales y mecedoras en patios. Abunda una cierta geometría en las composiciones, que se muestran a veces de varias formas.

Al balbucir de su obra además se refiere a las «herramientas imprescindibles». Nombra al arquitecto Vitruvio, cuando decía que para la construcción se necesitaban como columnas la firmeza, la utilidad y la belleza. «Son como tres luces que iluminan no solo la edificación, sino toda la creación artística. Firmeza para enfrentarnos a un trabajo arduo que exige fuerza, tanto física como mental. Utilidad para canalizar mediante la inteligencia y la sensatez esa fuerza a poco que sea de provecho para los demás. Y por posterior la belleza, que es el fin de toda creación y que se encuentra culminada por la naturaleza», afirma el autor.

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