El almirante Garat analiza los próximos movimientos de Irán e Israel en el conflicto: "Una pedrada puede terminar en guerra nuclear"



En un nuevo episodio de la ascensión de violencia en Oriente Medio, al menos seis personas han muerto y siete han resultado heridas en un flamante ataque israelí contra un edificio en el centro de Beirut. Este ataque es el segundo registrado contra la haber libanesa en los últimos días, en un conflicto que involucra a Israel y el liga chií Hezbolá, que lleva ya casi un año enfrentando a uno y otro bandos. El Profesión de Vitalidad Pública del Líbano confirmó que dos personas murieron en el acto, mientras que otras cuatro fallecieron luego oportuno a las graves heridas sufridas en el fuego graneado, que tuvo área en la céntrica zona de Al Bashura.

Utilizaron bombas de fósforo

El ataque todavía destruyó un centro de la Autoridad Sanitaria Islámica, una ordenamiento vinculada a Hezbolá que se encarga de ofrecer servicios médicos. La Agencia Franquista de Telediario libanesa (ANN) denunció que en el ataque se utilizaron bombas de fósforo, prohibidas internacionalmente por los devastadores pertenencias que provocan en la población civil. Israel, por su parte, ha mantenido silencio sobre el uso de este tipo de armas.

Este flamante fuego graneado llega pocos días a posteriori de un ataque similar contra el distrito de Posaderas, al sur de Beirut, en el que murieron tres miembros del Frente Popular para la Independencia Palestina. Sin incautación, la mayoría de los bombardeos israelíes se han centrado en los suburbios del sur de Beirut, conocidos como el Dahye, una zona que se ha convertido en un bastión de Hizbulá. Hace tan pronto como una semana, el líder del liga, Hasán Nasrala, murió en uno de estos ataques, lo que ha intensificado aún más las tensiones en la región.

Almirante Juan Rodríguez Garat

Durante el software en directo ‘Espejo Sabido’, el almirante Juan Rodríguez Garat ofreció una detallada perspectiva sobre el conflicto y las posibles acciones futuras de Israel e Irán. Según Garat, los próximos movimientos de Israel podrían incluir ataques a las instalaciones nucleares de Irán, aunque advirtió que esto sería una tarea sumamente compleja, hexaedro que muchas de estas instalaciones se encuentran bajo tierra. El perito subrayó que solo potencias como Estados Unidos podrían tener la capacidad de realizar un ataque efectivo contra estos objetivos.

Por otro costado, Garat explicó que Israel podría optar por zurrar bases militares desde donde se lanzan misiles, así como atacar infraestructuras civiles, como instalaciones petroquímicas y eléctricas. Sin incautación, todavía señaló que cada intrepidez que se tome en este contexto es enormemente complicada, y que existe un aventura efectivo de que estas acciones desemboquen en una ascensión que podría incluso involucrar el uso de armas nucleares.

En cuanto a Irán, el almirante destacó que el país tiene a su disposición varias opciones de respuesta, como ataques con misiles sobre áreas residenciales israelíes, atentados adentro del departamento de Israel, o incluso la posibilidad de sembrar minas en el ajustado de Ormuz, lo que podría cortar el suministro de petróleo a nivel entero, exacerbando la crisis económica que ya afecta a varias regiones del mundo.

Israelíes han matado a casi 2.000 personas y han forzado a 1,2 millones de libaneses a entregarse sus hogares

A pesar de los intentos de mediación internacional, las hostilidades entre Israel e Hizbulá no han cesado. Desde el principio de las hostilidades en la región, los ataques israelíes han matado a casi 2.000 personas y han forzado a 1,2 millones de libaneses a entregarse sus hogares, principalmente en las zonas del sur y el este del país.

El conflicto todavía ha puesto a prueba las relaciones internacionales, con países como Estados Unidos y Francia intentando negociar un suspensión el fuego temporal que permita detener la violencia. Según fuentes diplomáticas, Hizbulá había aceptado una tregua de 21 días ayer de la crimen de Nasrala, y el acuerdo había sido comunicado a Israel. Sin incautación, la crimen del líder chií ha generado un nuevo ciclo de represalias que ha hecho que la situación se vuelva aún más impredecible.

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