El Gobierno de España ha puesto en marcha la operación de deyección para repatriar a aproximadamente 400 ciudadanos españoles residentes en Líbano. El primer avión, un A330 con capacidad para 288 pasajeros, aterrizó en Beirut aproximadamente de las 8:00 horas, procedente de Yibuti, donde había entregado material marcial. Poco posteriormente ha llegado un segundo avión, un A400M con capacidad para 116 personas, que partió desde la Pulvínulo Aérea de Zaragoza.
En el A330 viajan ciudadanos españoles, sus familiares y parte del personal de la Embajada de España en el Líbano y se paciencia que aterrice en la Pulvínulo Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) por la tarde. El A400M partirá en las próximas horas con otro centenar de personas. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha indicado que, si fuera necesario, se enviaría una tercera aeroplano que está preparada en Torrejón.
“Tenemos mucho miedo”
Los evacuados han compartido sus experiencias y el miedo vivido durante los últimos días. Merche, una española de 61 primaveras de San Sebastián, contó que “el primer día que empezaron los bombardeos cayó un misil detrás nuestro, a un medida, pero había un tapia y gracias a Altísimo no nos pasó nulo”. La easonense y su marido no consiguieron encontrar vuelos comerciales para regresar a España antaño de ser notificados por la Embajada española sobre la deyección.
El delirio al aeropuerto de Beirut, el único eficaz en el país, resultó ser un camino complicado por el tráfico. Fátima, residente en la aldea sureña de Tiro, comentó: “Mientras nos encontrábamos en el congestión de camino a la caudal, un proyectil cayó a 500 metros de la carretera. Y al conmover a Beirut además escuchamos los bombardeos. Tenemos mucho miedo, hasta aquí tengo miedo, hasta ahora”.
“Nunca vamos a tener paz”
La situación en Líbano se ha deteriorado rápidamente, con más de 1,2 millones de personas desplazadas de sus hogares desde el inicio de la violencia, según el Gobierno libanés. Algunos evacuados expresaron su preocupación por el futuro de sus propiedades en el país. Merche compartió: “No sé nulo de cómo está nuestra casa, sentimos impotencia de no entender, ya veremos a la revés cuando podamos retornar. Estábamos muy contentos, pero la extirpación nos obliga a salir”.
Samir, otro evacuado, decidió destacarse su salida del país a pesar de tener un planeo comercial reservado para más delante. “Tenía un planeo para el día 9 a Madrid, pero en estos seis días cualquier cosa puede suceder, nadie lo sabe. He preferido retornar con esta deyección”, explicó.
Alejandro, acompañado por su comunidad, expresó su deseo de evitar que sus hijos experimenten una extirpación como la que él y su esposa vivieron en 2006 entre Israel y Hezbolá. “Ya sabemos cómo va el tema un poco con Israel, siempre hay excusas para iniciar la extirpación e intentar invadir, y con eso nunca vamos a tener paz”, comentó.
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