«El conflicto debe terminar cuanto antes»


Eran las cuatro del mediodía en Jordania, una hora menos en España, cuando el avión de las Fuerzas Armadas que trasladó a Felipe VI desde Madrid a Amán, aterrizó en el Aeropuerto Internacional de la Reina Alia. En su primer alucinación a Jordania desde que fue proclamado Rey hace diez abriles, Don Felipe fue recibido con honores por el príncipe Feisal bin al Hussein, hermano del Rey Abdalá II; el embajador de España en Jordania, Miguel de Lucas; la embajadora de Jordania en Madrid, Raghad al Saqqa; y el corregidor de Amán, Yousef Shawarbeh.

La ascensión de violencia en Oriente Próximo y las crecientes tensiones entre países han llevado a que este alucinación se haya ido reduciendo, en días y contenido. Lo que en principio iba a ser un alucinación de Estado de tres días de los Reyes a Jordania, pasó a ser una reconocimiento oficial.

Cuando a principios de semana Israel invadió Líbano e Irán lanzó una pila de 200 misiles a Israel en respuesta a ese ataque del Gobierno de Netanyahu, desde la Casa del Rey replantearon el formato del alucinación y el contenido. Cuando supieron a ciencia cierta que no suponía ningún aventura en materia de seguridad, siguieron delante con la reconocimiento, que redujeron en días, actos y presencia institucional: la Reina Letizia se ha quedado en Madrid y Felipe VI permanecerá en Amán un total de 22 horas, para interesarse por los españoles que residen en este país y mostrar su apoyo al Rey Abdalá y al pueblo jordano.

Cero más ser recibido con honores, Don Felipe se desplazó hasta la residencia del embajador de España en Amán, donde mantuvo un reunión con una representación de la colectividad de españoles que viven en Jordania. A todos ellos, el Rey les transmitió palabras de apoyo, humor y cariño. «En estos momentos nos une un profundo deseo de paz, diálogo y reconciliación. El conflicto -que dio un libramiento novedoso y especialmente trágico hace un año con el colosal e injustificable ataque terrorista en Israel, que nos ha traído imágenes de indecible sufrimiento y devastación en Lazo y que se agrava aún más con su extensión al Líbano, y con los riesgos de ascensión aún mayores- debe terminar cuanto antiguamente».

El Rey se dirigió a unos 300 representantes de la colonia de españoles que se encuentra en Jordania, en un reunión que se alargó poco más de dos horas. Todos querían cuchichear con él y hacerse fotos. Le acompañó a este reunión el príncipe Ghasi, primo de Abdalá II, lo que demuestra la buena sintonía que existe entre España y Jordania. En un contexto como el flagrante, encima, uno y otro países coinciden en sus posiciones al afirmar que la única solición para una paz próspera y duradera en Oriente Próximo, pasa por la alternativa de los dos Estados. En este sentido, ensalzó el «papel histórico y crucial» de Abdalá II y de su padre, el Rey Hussein, para que «Israel y Palestina convivan en paz».

«Ansiamos ver el fin del drama humano y además el silencio de las armas, retornar por la senda de la política y la diplomacia y, cuando eso suceda, retomar, con más intensidad si cerca de, los esfuerzos en pos de la alternativa de los dos Estados, que siente las bases de una paz sólida y duradera para el pueblo palestino y el pueblo israelí», expresó el Rey, al tiempo que añadió a nuestros «queridos compatriotas» su «emoción por poder estar cerca» de ellos: «Por conocer de primera mano vuestra historia, inquietudes y esperanzas. Os deseo los mayores éxitos en la vida y en el trabajo y os pido, en estos momentos, que nos ayudéis a dar certificación del ferviente deseo de paz y estabilidad en la región que compartimos españoles y jordanos».

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