Cada mañana, José Martínez, un retirado originario de Amoeiro, acude desde su casa en la plaza del Santo Cristo, en As Lagoas, hasta Mariñamansa. Cuando dejó su tierra oriundo, no imaginaba que en la ciudad encontraría igualmente la posibilidad de retornar a plantar todo aquello que en el rural era más habitual.
Sin incautación, hoy es uno de los usuarios de los huertos públicos que están en el ganancia derecho del río Barbaña, donde mantiene un amplio circunscripción en el que cultiva de todo, desde col rizada hasta fresas, y donde, encima, ayuda al mantenimiento de la huerta de otra mujer, que por su trabajo no puede aparecer cada día.
“Teño tomates todo o ano”
“Cultivo de todo, teño tomates todo o ano, leitugas, kale, nabicol rizada, moitas fresas, e foro ata botei unhas pataquiñas”, señala este amoeirés, orgulloso de su trabajo, al que acude de lunes a domingo.
“Non falto ningún día, veño todos os días, ata no inverno”, precisaba este sábado, mientras nos enseñaba cómo cubría las fresas frente a amenazas externas: “É polos paxaros”, aclara, y preparaba el circunscripción frente a las inclemencias meteorológicas que se avecinaban.
Consumo personal
No solo pasa los días dando forma a su cada vez más extenso huerto, sino que ayuda a los demás. “Coido da miña e da dunha señora que traballa na residencia”, relata José.
En un represión por la huerta, nos enseña sus productos, recomendando la col rizada, de la que destaca lo aceptablemente que entra al paladar: “Ten moi bo sabor, comémola todo o ano, é máis doce que a outra”. Aclara que todo lo que se cultiva es para “consumo persoal” y que le permite reservar una buena cantidad de la pensión.
“Isto aguántao todo”
Él está orgulloso de su circunscripción, en plena ciudad, a escasos metros de la avenida de Zamora. “Isto aguántao todo, tamén o inverno”, dice señalando la extensa plantación de coles y berzas de todo tipo. No tiene pensado dejarlo. Hasta que el cuerpo resistencia.