La comunidad Román, originaria de Celanova y hoy extendida por diferentes partes de la península, Francia y Argentina, protagonizaban este sábado 5 de octubre una etapa de recuentro intergeneracional y confraternización en la villa de San Rosendo.
El salón refectorio, espacio cultural que ayer albergó los antiguos comedores del Monasterio de San Salvador, volvió a tener un convite gastronómico, cuyo menú estuvo compuesto por pulpo á feira y carne ó caldeiro, con motivo del diálogo de cerca de un centenar de ‘Romanes’.
En el recuentro no faltaron las anécdotas familiares, pero siquiera la música, que corrió a cargo de un primo Dj. Asimismo, la comunidad al completo que el sábado se desplazó hasta la villa celanovesa todavía pudo disfrutar de una sesión de expresiones audiovisuales, gracias a una proyección de fotos antiguas y actuales que se encarga de confeccionar otro natural.
Se prostitución de la segunda vez que tiene emplazamiento esta comida natural, de cuya estructura se encargan varios primos, entre los que se encuentra Pablo López Román, el extremo Román que sigue residiendo en Celanova.
“Si viniera toda la comunidad, entonces seríamos 200”, comentaba el hospedador de una “xuntanza” que, curiosamente, en su primera tiraje todavía se celebró en la misma época que ayer, un 5 de octubre.
Allá de ser poco buscado con adelanto, se prostitución de “una casualidad”, aclaraba Pablo, para quien esta época es ya parecido de una oportunidad para juntarse y estar entre familiares, si no todos, la mayoría de los ‘Romanes’, esa gran comunidad de Celanova.