¿Qué son los alcoholímetros antiarranque? Los dispositivos que podrían empezar a ser obligatorios en los coches


A pesar de que todos estamos alertados sobre los peligros de conducir bajo los pertenencias del licor, sigue siendo un problema en España. Los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Patrulla Civil realizan diariamente aproximadamente de 18.000 pruebas de alcoholemia. Cada año, aproximadamente 79.000 conductores dan positivo en pruebas de alcoholemia, lo que equivale a unos 216 positivos diarios. De estos controles aleatorios, en las pruebas que se realizan siempre a todos los conductores implicados en un siniestro de tráfico, el 5,4 % da positivo. Encima, el licor está relacionado con el 26% de los accidentes mortales en las carreteras.

El impacto del licor al volante es considerable. Interiormente de los delitos relacionados con la seguridad viario, el 90% se debe a conducción bajo los pertenencias del licor o las drogas. Encima, el 53% de las sentencias condenatorias en este ámbito están vinculadas al consumo de licor. Este patrón se traduce en aproximadamente 50.000 condenas anuales.

Para tratar de combatir esta problemática, la Unión Europea se ha propuesto estrechar las tasas de alcoholemia a cero, introduciendo medidas que incluyen la instalación de alcoholímetros en los vehículos.

Alcoholímetros antiarranque

Estos dispositivos, conocidos como antiarranque o alcolocks, impiden que un coche puesta en marcha si se detecta una tasa de licor superior al frontera lícito. Ya se están utilizando en autobuses y, en el futuro, se podrían implementar en otros tipos de vehículos.

El reglamento 2019/2144 del Parlamento Europeo establece que, a partir del 6 de julio de 2022, los nuevos vehículos matriculados deberán tener preinstalación para alcoholímetros antiarranque. Sin bloqueo, cada país tiene la autoridad para osar en qué situaciones serán obligatorios estos dispositivos. En España, la reforma de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Viario obliga a los vehículos destinados al trasporte de personas a contar con alcoholímetros.

Más controles en presencia de el auge de los grupos de Whatsapp

En el situación de una marcha organizada por la Fundación Mapfre, el teniente coronel de la Patrulla Civil Ignacio Varela ha avisado que los esfuerzos para realizar pruebas de alcoholemia van a ser el doble. Al mismo tiempo ha denunciado el auge de los grupos o chats en redes sociales como Whatsapp y Telegram que se crean para avisar de los controles, poco que ha obligado a la Patrulla Civil a cambiar la metodología: más controles de menos duración.

Encima, el fiscal de sala de Seguridad Viario, Luis del Río, ha destacado que los delitos contra la seguridad viario son una tercera parte de la actividad que se lleva a lengua por los órganos judiciales.

En la distribución de datos de los delitos contra la seguridad viario, el 90% son por conducción bajo los pertenencias del licor o las drogas o por conducir sin carné. El 53 % de las sentencias condenatorias tienen que ver con el licor, ha explicado el fiscal.

Nueva prohibición

Frente a este problema, la DGT unido al Tarea de Sanidad y las Comunidades Autónomas podrían poner en marcha a medio o espacioso plazo una medida que prohíba la conducción a aquellas personas que tengan un problema con el licor. Esta alternativa sería temporal porque, una vez rehabilitado el conductor, se pasaría a devolverle el carnet.

Esta medida, parecida, ya se contempla en el Reglamento de Conductores donde se establece que no se puede renovar el carnet de conducir a las personas que tengan anexión al licor o las drogas.

Reducción de la tasa de licor

La Dirección Normal de Tráfico (DGT) alerta que los pertenencias negativos del licor se notan incluso con niveles bajos de consumo. Con una tasa de 0.5 gramos por litro de mortandad, el peligro de sufrir un contratiempo se duplica, y se quintuplica al alcanzar 0.8 gr/l. En este contexto, el ministro Marlaska propuso el pasado mes de septiembre estrechar el frontera de alcoholemia a 0.2 gr/l para todos los conductores, una medida que antiguamente solo se contemplaba para conductores profesionales y noveles.

La tasa de alcoholemia se mide en gramos de licor por litro de mortandad (g/l) y en distinción espirado. La tasa considerada segura es 0.0 g/l. El licor se detecta en la mortandad a los cinco minutos de su ingesta y alcanza su punto mayor entre 30 y 90 minutos posteriormente, comenzando su aniquilación después. Un conductor que da positivo con 1 g/l necesitaría entre 6 y 10 horas para apearse por debajo del frontera permitido, lo que no garantiza que no cause un contratiempo en ese tiempo.

Las tasas permitidas oficialmente a día de hoy son: 0.5 gr/l en mortandad y 0.25 mg/l en distinción espirado para conductores generales; 0.3 gr/l y 0.15 mg/l para conductores noveles y profesionales.

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