La mayoría de estos ‘ceros’ se han producido en tenerife. El último ‘cero energético’ que sufrió esta isla fue en julio de 2020: el territorio estuvo sin electricidad durante más de siete horas y afectados 950.000 habitantes, es decir, la población total de Tenerife. La última isla que sufrió uno de estos cortes de luz fue La Gomera. Fue este verano de 2023.
Más de 15.000 usuarios se vieron afectados por una fuego que ocurrió en el Central Eléctrica El Palmar, en San Sebastián de La Gomera. La isla no recuperó el 100% de su suministro hasta tres días después del apagón.
Los ‘ceros energéticos’ dejan importantes pérdidas millonarias a empresas, instituciones y usuarios en general. Por ello, el Gobierno de Canarias quiere frenar este problema antes de que se produzcan nuevos apagones.
Una situación crítica
El Ejecutivo regional asegura que esta situación impide a las islas garantizar la suministro mínimo, básico y necesario calidad para los ciudadanos. Esta declaración reconoce explícitamente la crítica situación en la que se encuentra Canarias e incluye 14 puntos a través de los cuales se insta al Gobierno central a adoptar medidas para garantizar el suministro eléctrico en el corto plazo. El documento también incluye las necesidades a largo plazo del archipiélago.
El presidente de Canarias, Fernando Clavijoha anunciado que con esto declaración de emergencia energética Podrá realizarse la autorización de la mejora de las instalaciones productivas del Archipiélago. Un tema que, preguntado por la orden ministerial de Transición Ecológica, quedó pendiente y que el presidente canario asegura que “desconocía” y que “tampoco fue comunicado por el Gobierno saliente en Canarias”.
Clavijo apunta que “hay que autorizar la renovación de los equipos” y que Red Eléctrica de España ha reconocido la necesidad de 200 megavatios.
“Equipos obsoletos y contaminantes”
Por otro lado, el presidente canario señala que la compra de coches eléctricos que estén enchufados a una red cuya electricidad “se produzca con equipos obsoletos y altamente contaminantes”, y esto, entiende Clavijo, “es absurdo”. Por eso considera que el incentivo a la compra de estos vehículos eléctricos a través de fondos públicos es “un disparate”.