Así funcionan los nanorrobots guiados que logran curar aneurismas cerebrales


Seguro que más de uno recuerda la película “El chip prodigioso” (1987). En ella Dennis Quaid pilotaba una nave que era pequeña a tamaño microscópico. Su primera encomienda era navegar por el torrente sangriento de un conejo pero, azares de la vida, Quaid y su nave acaban adentro de un ser humano muy hipocondríaco y divertido al que da vida Martin Short. No queremos desvelar más de la trama de este clásico de los 80, pero lo que ahí es ciencia ficción ahora es cada vez más positivo. Una investigación ha conseguido introducir y pilotar -guiar para ser más exactos- a un ejército de nanorrobots hasta zonas afectadas por aneurismas cerebrales y evitar o detener hemorragias. Por ahora, como tenía que poseer pasado en la película, se ha conseguido en conejos. La idea es que en un futuro estas intervenciones se realicen en humanos.

Los aneurismas son responsables de la crimen de 500.000 personas al año

Los aneurismas son dilataciones de los vasos sanguíneos en una arteria que puede aparecer a romperse y causar hemorragias graves, en muchos casos fulminantes y mortales. Los aneurismas son responsables de cerca de 500.000 mil muertes al año en todo el mundo, según explican los investigadores de este nuevo hallazgo. Hasta el momento, su tratamiento más habitual es conveniente enredado. Hay que realizar una cirugía en la que se enhebra un microcatéter que tiene que navegar, que ser llevado, por los vasos sanguíneos hasta aparecer al aneurisma. Una calado minuciosa que puede aceptar horas de intervención quirúrgica. En el caso de los aneurismas cerebrales, esta intervención, de por sí ya complicada, implica gran dificultad. Los pequeños catéteres insertan unas espirales metálicas para frenar el flujo sangriento del aneurisma, o un tubo con forma de malla llamado “estent”, que desvía el torrente sangriento de la arteria.

Guiado seductor hasta el aneurisma

Ahora investigadores de la Universidad de Edimburgo en el Reino Unido y cirujanos del Hospital Sixth People’s de Shanghai, en China han creado nanorrobots magnéticos que podrían utilizarse para tratar los aneurismas. Estas pequeñas máquinas son de un tamaño 20 veces más pequeño que un esferita rojo lo que les permite navegar con fluidez y en comunidad hasta la zona afectada. Los investigadores han diseñado unos nanorrobots que portan en su interior llevan trombina, una proteína que existe de forma natural en la crimen y participa en su coagulación. Por fuera están cubiertos de un revestimiento protector orgánico, pensado para fundirse. Y en el centro de los pequeños artefactos van unas nanopartículas de óxido de hierro que le confieren carácter seductor y permiten su guiado hasta la zona del aneurisma. En sus pruebas con conejos, los científicos han inyectado millones de estos diminutos robots en una arteria y a través de fuentes magnéticas externas e imágenes médicas han sido guiadas hasta la zona afectada. Allí, como se ve en el vídeo de esta anuncio, los pequeños robots han sido agrupados en el interior del daño, formando una especie de semillero, y son calentados hasta alcanzar su punto de fusión. Al fundirse su revestimiento, los nanorrobots liberan la trombina que bloqueaba el aneurisma, evitando la hemorragia cerebral o deteniéndola.

Tratamiento más preciso para zonas más apartadas

El equipo, que ha publicado su estudio en la revista especializada en nanotecnología Small, ha probado con éxito estos dispositivos en un pequeño número de conejos. El codirector del estudio, Qi Zhou, investigador de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Edimburgo cree que este es “un paso importante para avecinar estas tecnologías al tratamiento de estas afecciones médicas en la habilidad clínica”. Este equipo igualmente ha desarrollado nanorrobots para eliminar coágulos sanguíneos que podrían estar de moda para tratar accidentes cerebrovasculares. Los investigadores presentan su nueva técnica como una alternativa frente al aventura de que el organismo rechace esos materiales implantados y la dependencia de fármacos anticoagulantes, que pueden provocar hemorragias y problemas estomacales, encima de evitar las largas horas de una operación quirúrgica que tiene mucho de artesanal. Todavía, aseguran, podrían tratar aneurismas cerebrales de maduro tamaño, difíciles de detener con presteza y seguridad. Para Zhou, “los nanorrobots están llamados a inaugurar nuevas fronteras en medicina: podrían permitirnos realizar reparaciones quirúrgicas con menos riesgos que los tratamientos convencionales y dirigir fármacos con precisión milimétrica a partes del cuerpo de difícil paso”. La nanotecnología lleva casi treinta abriles aspirando a este futuro en el que robots diminutos podrían controlarse a distancia para aceptar a sitio tareas complejas adentro del cuerpo humano, pero este futuro aún parece distante”.

Pruebas en animales grandes como ovejas o cerdos

Los siguientes pasos de los autores del flamante avance en conejos serán probar esta tecnología en animales más grandes, como ovejas, cerdos y vacas, y mejorarla para que los nanorrobots se muevan con solidez y alcancen aneurismas más profundos. “El momento en que nuestra tecnología estará índice para la cirugía en humanos es un poco incierto. Aún queda trabajo por hacer, pero creemos que podrá revolucionar el tratamiento de los aneurismas cerebrales, probablemente en una o dos décadas”, concluye Zhou. Quizá entonces “El chip prodigioso” deje de ser una película futurista sino más proporcionadamente poco anticuada pero digna de ver con cierta nostalgia.

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