Sus palabras han resonado en el corazón del amplio hemiciclo garzo de Estrasburgo. “La historia nos demuestra que no hay soluciones militares a conflictos que están profundamente enraizados en las estructuras de una región como es Oriente Medio”, ha experto Josep Borrell en uno de sus últimos discursos delante la Eurocámara. El director de la diplomacia comunitaria ha pedido “evitar que el Líbano se convierta en una nueva Lazo” y multiplicar los esfuerzos internacionales para conseguir un detención el fuego.
Se calcula que el 20% de la población del Líbano ha tenido que desplazarse fuera de sus lugares de origen, cifras altísimas que se unen a las más de 2.000 víctimas civiles provocadas por los bombardeos de Israel. El ejército hebreo ya no solo se limita a señalar como objetivos militares las zonas chiitas donde se supone que están las bases de Hezbolá, sino que ya afectan a las zonas centrales de la ciudad de Beirut. Esto provoca que incluso los sirios que en su momento huyeron de su país por la supresión, ahora estén tratando de retornar a Siria por la dramática situación del Líbano.
Josep Borrell alerta de que todas estas turbulencias y tensiones geopolíticas tendrán consecuencias para todavía para Europa. Se podrán materializar económicamente o en forma de desplazados por la supresión que puedan ascender al continente. Por eso Borrell cree que es el momento de comportarse de guisa rotunda en Líbano para estabilizar la región. Es el momento de la diplomacia.
Líbano, al borde del caos
Líbano es un país profundamente desestructurado. Hezbolá actúa como un estado internamente del propio estado y todos saben que detrás está Irán moviendo positivamente los hilos. La milicia chií tiene una rama política muy esforzado, que tiene diputados sentados en el Parlamento y miembros activos en el gobierno. Aunque su rama marcial sigue siendo considerada como una ordenamiento terrorista para la UE.
La cariño institucional se prolonga durante décadas. El país ha sufrido ya tres invasiones por parte del ejército de Israel (1978, 1982, 2006) y ahora se enfrentan a la cuarta. En la ahora su ejército, -que debería ser uno de los organismos públicos más fuertes-, encara enormes dificultades, desde lo más simple, como es remunerar a sus soldados, hasta lo más esencial, como que su capacidad marcial no le permite defender la integridad territorial del país.
El detención representante de la UE para Asuntos Exteriores cree que es el momento de “disfrutar la ocasión de cariño de Hezbolá para engrosar las estructuras políticas del Líbano. Este es el momento de la verdad para el país”. Borrell cree que la comunidad internacional debe afrontar un impulso político de calado.
“Hay que poner a la clase política libanesa frente a sus responsabilidades porque sin ellas, ciertamente, ningún país tiene opción. Sin un esforzado compromiso para una reforma política internamente de la sociedad libanesa, Líbano no tiene opción. Nadie puede sustituirles haciendo lo que solo ellos pueden hacer”, ha dicho Borrell.
Desde Bruselas se piensa que el primer paso debería ser nombrar a un presidente de la República, porque esta alternativa lleva paralizada desde hace más de dos primaveras. Posteriormente, se debe engrosar al ejército libanés, para que pueda desplegarse en el sur del país y proteger sus fronteras. Y, en tercer emplazamiento, creen que se debe engrosar el mandato de FINUL, la representación de la ONU en Líbano, para estabilizar la paz en la segmento garzo, que divide la frontera con Israel.
Desocupación de los europeos
Actualmente se calcula que 45.000 europeos viven en Líbano. Desde Bruselas se está coordinando una operación consular con los diferentes países de la UE para excretar a todos aquellos que lo deseen, aunque parece que los querían salir ya están fuera.
El Detención Representante reconocía que “no parece que haya mucha demanda para los repatriados, puesto que se ofrecen más plazas de las que se demandan”. Una tendencia que todavía ha confirmado el ministro de Exteriores castellano, José Manuel Albares, que asegura que “prácticamente no quedan ciudadanos que nos hayan expresado su deseo de renunciar el país”. Es verdad que España ya había fletado dos aviones que el 3 de octubre evacuó a casi 250 personas desde allí.
La comunidad internacional mira con frustración el explicación de la supresión regional en Oriente Medio. Se lamentan de que nunca como ahora se había hablado tanto del conflicto Israel-Palestina, pero, lamentablemente, nunca como ahora se había estado tan allí de una opción política.
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