Roba 800 euros en ‘rasca y gana’ a un vendedor ciego de Vallecas y solo gana 9,5


Hay ladrones que incluso tienen poco de ética, como si fueran Robin Hood; pero hay otros que, adicionalmente de carecer de la mínima pudoroso, pueden resultar desalmados. Es el tipo de delincuentes que roban a un anciano, a un peque o a un discapacitado. Y eso es lo que ha ocurrido con un ciudadano con cuna española: Julio B. C., de 41 primaveras, ha sido arrestado cuando cobraba el exiguo premio que se había adjudicado luego de robar una buena cantidad de billetes de quiniela a un tendero ciego de la ONCE.

Los hechos ocurrieron en el distrito de Puente de Vallecas el pasado domingo. La Policía Municipal recibió el aviso de la víctima. Afirmaba que sobre las doce del mediodía estaba trabajando en su quiosco de la Estructura Franquista de Ciegos Españoles, en la avenida de San Diego, 83, cuando tuvo indigencia de ir al baño.

«Me he ausentado 15 minutos para ir al aseo de un bar cercano. He dejado el puesto perfectamente cerrado, con la ventanilla ocaso al mayor y la puertecita del quiosco cerrada con su pestillo. Pero, al regresar, me he percatado de que la ventanilla había sido forzada y luego de que la puerta estaba abierta», denunció a los agentes.

Alguno se había llevado siete tacos de quiniela, concretamente de varias modalidades del conocido como ‘rasca y apetencia’, que el tendero valoró entre 600 y 800 euros por su precio al sabido, según los datos recabados por torrevieja news today.

Una patrulla de la Comisaría Integral del Distrito de Puente de Vallecas tuvo conocimiento de lo sucedido por sus compañeros y, casi nada un cuarto de hora luego, sobre las 12.45, localizó al sospechoso. Estaba yuxtapuesto a la fase de Cercanías Renfe de la Asamblea de Madrid, a casi nada 600 metros del punto donde había perpetrado el robo. El individuo estaba en ese momento cobrando siete cupones premiados que llevaban el número de serie y eran de la misma categoría que los ‘rasca y apetencia’ sustraídos al tendero invidente. No había punto a dudas de que era el chorizo.

Al ser preguntado por los policías municipales, este fue su argumento de defensa: «Se los he comprado a un señor grueso y pelado por 10 euros, los iba vendiendo por la calle». El quiosco donde los iba a canjear se encuentra en el cruce de la calle del Puerto de Balbarán con la del Vizconde de Arlensson. El valencia del premio ‘conseguido’ eran 9,5 euros; es asegurar, que era incluso inferior a lo que habría pagado al «señor grueso y pelado» al que dijo que se los había comprado. Una interpretación que los actuantes no creyeron en ningún momento y que, de ser cierta, le habría sumado un delito de receptación, explican las fuentes consultadas.

Cuando fue arrestado, el supuesto delincuente tuvo que ser previamente trasladado al hospital Infanta Leonor, en Santa Eugenia (Villa de Vallecas), pues precisó que necesitaba seguir una pauta de receta. Ahora, por lo pronto, se enfrenta a una incriminación de robo con fuerza en las cosas.

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