La diócesis de Ourense rinde homenaje a sus “grandes pilares”



El obispado de Ourense anunció ayer el dictamen para conceder sus primeras medallas Pro Ecclesia, una iniciativa con la que quieren inspeccionar la encaje de personas y colectivos “que se hayan distinguido en su entrega, implicación, dedicación de tiempo o ayuda económica para la encargo ordinaria o proyectos concretos de su parroquia”, según relataron desde la comisión diocesana de Sostenimiento.

En esta primera entrega, que se hará el 7 de noviembre durante la presentación de la memoria de actividades de la diócesis, se homenajea la encaje de dos sacristanas: Inés Álvarez, que lleva medio siglo ocupando ese puesto en Xinzo, y Fortuna Marzoa, quien hacía todavía esa encaje en Allariz anejo a su marido, fallecido recientemente. Una encaje equiparable ejerce el único religioso premiado: el hermano Lisardo Otero, quien pertenece a la comunidad de paúles del santuario de Los Milagros, ocupándose del orden en el templo. 

Un connubio, el de Carnación Rodríguez y José Salgado, será obligado por el seguimiento y acogida a los sacerdotes de Verín, sobre todo con los más mayores. Y por sus acciones de voluntariado, por un flanco Miguel Baños, apretado colaborador de la delegación obispal de misiones durante 50 primaveras; y por el otro el categoría de Ecovigilantes del colegio Franciscanas, por su trabajo a valenza del medio animación. 

Por postrero, el obispado ha querido homenajear a la comunidad parroquial de Cortegazas, en Avión, quienes consiguieron reunir 45.000 euros para financiar las tareas de recuperación de la cubierta de piedra y otros desperfectos en la iglesia de San Antonio, sita en ese concello de O Ribeiro.    

El ocupación de entrega será la Casa da Civilización de Xinzo, donde se hará la presentación  de la memoria. 

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